Populares

18/03/2018 - 11:52 Luis Monje Ciruelo

Nuestro periódico no ha hecho más que avalar sus méritos, con el espaldarazo de su reconocimiento  como “populares”.

Lo es lo mismo ser popular que célebre o famoso, y aún menos que famosuelo, denominación que ya lleva implícito cierto tono de desconsideración o menosprecio. Los populares, elegidos por el pueblo, lo son precisamente porque cuentan con el aprecio de la gente de su entorno, de los que con ellos viven y mejor conocen sus méritos.  En realidad nuestro periódico no ha hecho más  que avalar esos méritos, con el espaldarazo de su reconocimiento  como “populares”  Y no piensen que digo esto porque intervine en la elección del nombre. Creo que fue el propio Cardero quien eligió el nombre, de acuerdo con el resto de Redacción y del director Salvador Embid Villaverde, que  fundó, apoyó siempre y presidió la fiesta de los Populares “hasta su fallecimiento. Al principio, los Populares alternaban con los Premios Limón y Naranja reservados para los políticos, según se comportasen con los periodistas. Al surgir nuevos medios, tanto escritos como audiovisuales, y aumentar el número de periodistas votantes, la unanimidad en las votaciones se hizo más difícil al empezar a intervenir la Política, por lo que se decidió suspender los Premios Limón y Naranja para no crear divisiones entre los periodistas. Eran tiempos en que no nos parecía inconveniente la amistad entre políticos y periodistas aunque nos dimos cuenta pronto de que nos ponía difícil la objetividad en la elección, y, lo que es peor, en el ejercicio de la profesión, por lo mismo que muchos creímos que lo mejor para un periodista era no militar en ningún partido político, Aunque entonces ya había algún caso de estar involucrado, con cargo y sueldo en el único partido del Movimiento, algo que, por cierto, también sucede ahora en las alturas de la profesión con ayudas y subvenciones en cantidades, a veces, superiores al tres por ciento catalán. Volviendo a la fiesta de los Populares, hay que reconocer el enorme impulso que le ha dado la entrada en la empresa de Nueva Alcarria de un hombre de negocios de la categoría de Félix Abánades, presidente de Grupo Rayet y Quabit que ha dado a la fiesta un aire de espectáculo en el que conviven periodistas, lectores y simpatizantes, creando un ambiente de club que bien podría denominarse Club de Amigos de Nueva Alcarria al que asisten  las personalidades más relevantes de la sociedad alcarreña, incluidas las autoridades.