Postureos

14/07/2018 - 19:40 Antonio Yagüe

Cospedal, con tanto cargo y predicamento en España y en nuestra comunidad, se merecía un máster serio.

Siempre ha habido gente que ha hecho el fantasma o el cultureta, pero los modernos medios de comunicación y la redes sociales han dado alas y nuevas oportunidades. Nos lo ponen a huevo, por así decir. Incluso antes de que la RAE definiera seriamente en diciembre pasado el término (“actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción”), el postureo se ha convertido en una especie de epidemia que ha infectado desde la reina Letizia o el presidente Sánchez al último mono.

Parece que nadie está libre de este pecado, símbolo de los tiempos en que vivimos. Son tiempos de posturear. Cuando haces una foto de tu cena el día que toca sushi, pero no cuando comes lentejas. Cuando vas a ese viaje solo para hacerte la foto. Cuando colocas al gato sobre el teclado del ordenador justo antes de subir la estampa a tus Stories. O tú mismo ante el cartel de entrada o la paella gigante de tu pueblo, en la marisquería a la que vas un día año, o el selfi con al famosillo de turno.

Haciendo competencia a El Mundo Today, el twitter oficial de la Moncloa nos ha dejado hitos o excesos propagandísticos rayanos en el ridículo con Sánchez haciendo running, Sánchez con su perrita Turca, Sánchez en el helicóptero Superpuma, Sánchez con gafas Ray-ban en la cabina del avión, las manos de Sánchez como expresión de “determinación”… Van por adelantado el President Torra, la colla de catalanes insurrectos, las raholas y otras vedetes del “procés”.

Cospedal, con tanto cargo y predicamento en España y en nuestra comunidad, se merecería un máster serio. Tocada con mantilla ante el Papa, luciendo peineta en la procesión del Corpus de Toledo, ataviada con traje típico de manchega en la feria de Albacete (donde ya fue dama de honor), disfrazada con la túnica típica de Hellín para participar en una tamborrada, o con modelo en tono ‘beige’ con vuelo estilo Jackie Kennedy copresidiendo el desfile de las Fuerzas Armadas en Guadadajara.

Incluso posó junto a lo más granado de la política provincial y parte de la estatal ante el parador todavía fantasma de Molina. Todos con cascos blancos y cara de benefactores. También los socialistas, que pronto volverán. Como decían los abuelos, ¡lo que nos quedará por ver!