Prédicas y trigo

30/07/2018 - 13:59 Antonio Yagüe

El Ejecutivo de Sánchez ya está sembrado de prédicas. 

Mi madre siempre ha sido muy refranera y todavía, cada dos por tres, sorprende con alguno nuevo. De niño se me pegaban como con el Imedio de entonces. Luego los fui aparcando cuando un profesor de redacción aseguró que usarlos era pereza mental y un redactor- jefe sentenció que restaban frescura a las crónicas y desprendían un tufo viejuno. Pero he vuelto a ellos, a veces por economizar argumentos y ahorrar saliva. 

Estos días me persigue ese de que “una cosa es predicar, y otra dar trigo”. Conozco de primera mano el trabajo que lleva el trigo, desde antes de la siembra hasta después de la cosecha. Es mucho más fácil abrir el pico y largar, como hacen los sacerdotes, políticos y ‘tertuliasnos”. Las palabras, sobre todo las de antes, valían mucho, pero por sí mismas cuestan muy poco.

El ejecutivo de Sánchez ya está sembrado de prédicas con escaso trigo, mientras prepara un alza generalizada de impuestos para financiar el “gasto social”, según sus voceros. Empezando por la humanitaria traída de inmigrantes del Aquarius, que luego endosó a Cáritas y al homólogo francés Macron. Por no hablar de las promesas desde la oposición, ahora frenadas, de derogar las leyes de reforma laboral, de Educación, la llamada ‘Mordaza’ o el copago farmacéutico a los pensionistas. O de publicar la lista de amnistiados fiscalmente por Montoro porque incluye correligionarios y amigos.

Los socialistas lideraron la oposición al PP para asegurar el poder adquisitivo de todas las pensiones. Nuestra Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, ha repetido que quiere garantizarlo. Pero lo deja para ejercicios venideros. Este año se limitará a aplicar el presupuesto pactado por Rajoy con los bucaneros del PNV y subir el 1,6 por ciento sea cual sea la subida del IPC. 

Más prédicas: Page prometió desde la oposición el fin de los trasvases Tajo-Segura y parar las macrogranjas de cerdos. ¿Resultado? Sus colegas de Moncloa ya han aprobado la primera transfusión de 38 hm3 desde Entrepeñas. La vecina Cuenca ya tiene empadronados 400.000 gorrinos, el doble que habitantes. Y lo que nos vendrá encima en la comarca con un año preñado de elecciones y tantas poltronas en el aire. Todo bien predicado, pero sin trigo.

Se recomienda otro remedio refranero: en boca cerrada no entran moscas.