Principios y eficacia

28/05/2018 - 11:37 Jesús Fernández

¿Qué ha aportado la democracia a la humanidad? La democracia ha traído prosperidad sobre todo en Europa pero es a través de las personas.

La mayor parte de los ciudLos partidos comen, el pueblo mastica. Esta es la imagen de la democracia española que se debate entre  el principio de la eficacia o la eficacia como principio. Es decir, el galeón ha matado al pensador. Pero hemos llegado al absurdo, que consiste en que la única eficacia, la única política que se practica  es la corrupción y el interés personal. La democracia  necesita de  las dos cosas, principios y eficacia. Sin los principios, la democracia sería ciega pero sin eficacia sería inútil y paralizante. ¿O es que se cree que la honestidad y la moral no es eficacia? ¿No nos cuesta mucho dinero la corrupción? ¿Quién paga, por ejemplo, las comisiones? Un gobierno honesto y austero cuesta menos recursos. Despilfarrar es muy fácil y también muy caro. ¿Quién paga la buena vida de los gobernantes?
    Uno de los mayores enemigos de la democracia es la arbitrariedad de las personas con la que, muchas de ellas, creen alcanzar la eficacia. Por eso hay que insistir tanto en la legalidad como única fuente de legitimidad. Para afrontar el problema del conflicto entre principios y eficacia en política hay que  remontarse a la diferencia entre moralidad subjetiva y calidad de la democracia. Ni los gobernantes malos, corruptos, transmiten su inmoralidad a la población o a las instituciones, ni el pueblo sano elige a los mejores. Son dos comportamientos separables, diferenciables, intransferibles. Por ello, tenemos que estar muy atentos y ver a quién entregamos la gestión, la administración de nuestros bienes en común. Necesitamos saber su carácter y formación, conocer sus hábitos, asegurarnos de sus costumbres y moralidad, honradez o integridad, también privadas pues no hay separación sino continuidad entre lo público y lo privado en la vida y en las personas que nos gobiernan. Las privaciones y las costumbres, los hábitos y las tendencias son de las personas, tengan la función que tengan en las organizaciones.      
    ¿Qué ha aportado la democracia a la humanidad? La democracia ha traído prosperidad sobre todo en Europa pero es a través de las personas. No podemos desunir lo que la naturaleza ha unido. Cada persona recibe sus estímulos, impulsos, pulsiones, instintos y en ella está la libertad de la respuesta, de la aceptación o rechazo. Somos, así, los primeros constructores y albañiles de nuestra personalidad. La piedra siguiente es buscar una finalidad y sentido a nuestra vida y actividad. El paso siguiente de la personalidad es buscar el bienestar de los demás y no el egoísmo o beneficio personal. No hay que buscar la felicidad fuera, en el tener, sino en el ser íntegros y honrados. Tampoco el éxito está en el dominar o mandar. Tenemos que mandar en nosotros mismos antes de mandar en los demás y, sobre todo no dominar sino servir a los demás como ejemplo. La ejemplaridad unida a la integridad y coherencia, hacen del hombre, del ciudadano un gobernante.