Pueblos incomunicados

19/06/2017 - 22:01 Luis Monje Ciruelo

Fui no hace mucho  a pueblos próximos; Aldeanueva de Guadalajara, Centenera y Atanzón con intención de acercarme también a Lupiana y Valdeavellano.

Cuando se sale en busca de un tema para esta columna, siempre se encuentra si se sabe mirar. Fui no hace mucho  a pueblos próximos; Aldeanueva de Guadalajara, Centenera y Atanzón con intención de acercarme también a Lupiana y Valdeavellano, pero no fue posible porque entre Centenera y Lupiana me informaron que la carretera de tierra, aunque la han arreglado un poco, mejor es no ir por ella. A Aldeanueva merece ir aunque sólo sea para admirar su magnífica iglesia románico/mudéjar, del siglo XIII y el robusto Vía Crucis que flanquea varias calles. En Centenera recordé la tragedia que pudo ser  el avión nodriza que se estrelló, vacío, hace unos 50 años a cien metros del caserío. Y en Atanzón la portada renacentista de la suya, y en su interior el artesonado de la capilla mayor y el sólido bovedaje de sus naves. En Valdeavellano, a donde no pude llegar, pero donde he estado varias veces, son dignos de admirar la portada románica de la iglesia, una bella picota jurisdiccional del siglo XVI con fuste estriado, un florón por remate y cuatro cabezas de leones .y un sugestivo rincón solitario en un vallejo a 400 metros del pueblo con una fuente, una gran piedra molar, un antiguo lavadero comunal y un espacio preparado para merendero, todo ello en medio de choperas y una gran maraña forestal que presta sombra y frescura para los ardores veraniegos. Un antiguo lavadero comunal , todo ello entre choperas y una gran maraña forestal. Centenera y Lupiana están incomunicados entre sí, aunque no me atreví a comprobarlo en atención a mi coche, pero en caso de necesidad se puede ir vega abajo del  Matayeguas, aunque se juegue uno las cubiertas y amortiguadores del vehículo. Pero peor es que entre Atanzón y Valdeavellano el camino sólo sea para carros y caballerías, teniendo ambos pueblos categoría para estar mejor comunicados. Motivo suficiente para que lo exponga con estas líneas. Y me sorprende, porque en general, las carreteras de la provincia, aunque sean provinciales o comarcales, tienen un pavimento excelente, increíble en una zona en que los hielos invernales deterioran las carreteras. En el recorrido que he dicho se ve un paisaje típicamente alcarreño, de subidas y bajadas por laderas arboladas con encinas y chaparros y en los valles densas choperas que ya empezaban en vísperas primaverales a mostrar la inquietud de sus brotes con el renacer del letargo invernal.