Puentes de convivencia
18/01/2015 - 23:00
Personas de alrededor de noventa nacionalidades viven actualmente en la ciudad de Guadalajara donde la población extranjera es de un 13%, cifra que llega casi al 14% en el cómputo provincial. El número de marroquíes y de chinos ha crecido mientras son menos los rumanos y ecuatorianos, consecuencia de la mejoría en la situación económica de sus respectivos países. También el bache sufrido en España ha hecho que muchos inmigrantes hayan vuelto a sus lugares de origen. Sin embargo, lo destacable es el alto grado de integración, la buena convivencia de los niños en los colegios y los adultos en sus trabajos, y la ausencia de incidencias destacables por motivos raciales que hay en Guadalajara. Es cierto que la negativa de algunos vecinos no permitió la construcción de una mezquita por el barrio de Escritores y que en algunas zonas o portales hay quejas por concentración de vecinos de una misma nacionalidad que apenas se relacionan con los demás. Las diferencias siempre existirán. Es normal que tiendan a agruparse para sentirse mejor, como puede entenderse la desconfianza, recelo o malestar de los guadalajareños que observan o sufren conductas o formas poco habituales en nuestra sociedad. Por ello es necesario un mayor conocimiento de la forma de ser, de pensar, de actuar, de quienes son portadores de otras culturas, así como respetar más sus hábitos y sensibilidades. Debemos ser tolerantes, generosos, solidarios, buenos receptores de los foráneos y aprovechar además su presencia para enriquecernos con las aportaciones y experiencias que aportan de sus tierras, esperando, claro está, la reciprocidad de quienes han buscado integrarse en nuestro entorno y deben hacer un esfuerzo mayor de adaptación. En este sentido son altamente positivas y recomendables las jornadas interculturales e interreligiosas celebradas estos últimos días en Guadalajara, bajo la organización de Accem, en las que cada colectivo ha expresado sus problemas y necesidades. Era la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado donde la Iglesia Católica hace una gran labor durante todo el año recordando que todos somos hermanos y ciudadanos de este mismo mundo. Otros colectivos también ponen el acento en la integración y la convivencia de las personas.