Que los árboles no nos impidan ver el bosque

27/01/2012 - 00:00 Mercedes Cardín


 A todas las trabajadoras de Seguriber, empresa contratada por el Ayuntamiento para la limpieza los colegios y edificios municipales, se les comunicó el 30 de diciembre de 2011, a través de un mensaje de texto enviado a sus teléfonos móviles, la modificación de su situación laboral y económica. El mensaje enviado informa que, a petición de su cliente (el Ayuntamiento), a partir de febrero su jornada laboral se reduce entre un 60% y un 70%, según el centro, y en la misma proporción el sueldo. Unos días más tarde, las trabajadoras se ponen en contacto con la concejal de IU y el portavoz socialista para solicitar una reunión. El 9 de enero, primer día de clase de 2012, tras las vacaciones de Navidad, nos reunimos con las trabajadoras de todos los centros educativos.


  Nos expresan su preocupación por la nueva situación laboral y su indignación por la forma utilizada para notificárselo. El día 11 de enero, IU de Cabanillas del Campo registra en el Ayuntamiento, una petición al Alcalde en la que se solicita una reunión urgente con el objetivo de obtener información de los motivos de esta decisión. Hasta la fecha no he recibido respuesta. El día 18 de enero a las 12 horas de la mañana, las trabajadoras de los edificios municipales se concentran frente al Ayto. de Cabanillas. Están acompañadas por sus representantes sindicales y por los concejales de PSOE e IU. Varios medios de comunicación, prensa escrita y TV, cubren la noticia. Las trabajadoras reclaman la presencia del alcalde y solicitan hablar con él. Desde la plaza hemos visto como se asomaban a las ventanas, desapareciendo inmediatamente, algunos concejales del PP. Se bajan persianas.


  Los minutos pasan y nadie acude al llamamiento. A las 12.30 horas el representante sindical propone entrar en el edificio para solicitar una reunión entre el Alcalde y las trabajadoras. A su salida informa que un concejal accede a ello pero pone como requisito que no entren ni la prensa ni los concejales. Las mujeres van entrando en la sala de Plenos y los concejales pedimos a Antonio Ruiz, el concejal que las recibe, nos permita entrar, puesto que llevamos esperando ocho días, para que el equipo de gobierno nos explique el por qué de su decisión.


  Ante su negativa, los cinco concejales de la oposición, abandonamos el edificio. Esto es lo que ocurrió el día de la concentración. Mientras esto sucedía, alguien observaba por una ventana del segundo piso del edificio, donde se ubica el Gabinete de Prensa. Tras la persiana, discretamente, para no llamar la atención, a penas se distinguía su rostro. Cualquier pensamiento lógico deduce que el observador no perdía detalle “del paisaje”, poco habitual, que ofrecía la plaza del Ayuntamiento.


  Pero no fue así. Esa tarde, leyendo la prensa digital, comprendí cual era el objetivo de quien se escondía tras la persiana y cuál era su interés. Un amable artículo colgado en un periódico hablaba de paisaje, mejor dicho, de paisajismo. Dice así: “Árboles cubiertos de ganchillo engalanan el centro de Cabanillas. La fisonomía habitual de este rincón se ha visto modificada alegremente por estas fundas de ganchillo multicolores. Es una actividad denominada la guerra del ganchillo”.


  El artículo es ridículo por si mismo y considerando lo que verdaderamente sucedía en la plaza demuestra los intereses de quien lo escribe, que no son otros, que los de quien le ha contratado y le paga con dinero público. El Ayuntamiento de Cabanillas ha decidido bajar el sueldo a las limpiadoras municipales por falta de recursos económicos. Mujeres que por menos de seiscientos euros al mes, cumplen con su trabajo escrupulosamente desde hace años. El Ayuntamiento de Cabanillas decidió en julio pagar los servicios de un gabinete de prensa para que no viera ni contara a los vecinos lo que sucede en el municipio. El Ayuntamiento de Cabanillas no va a conseguir que los árboles nos impidan ver el bosque por mucho ganchillo que los adorne.