¿Quieren perder?

08/11/2010 - 00:00 Julia Navarro

aya por delante que me parece espléndida la entrevista-reportaje que le ha hecho Juan José Millas en 'El País' al ex Presidente Felipe González. Eso sí, me pregunto qué necesidad tiene el ex presidente de colocarse él solito en el ojo de huracán, de dar munición gratuita a sus enemigos. Si, porque el ex presidente no tiene adversarios políticos, sino enemigos declarados a los que les gustaría verle abrasados en el infierno. Creo que los ex presidentes tiene todo el derecho a intervenir con sus opiniones en la vida pública, que no tienen porque optar por la mudez, que no deben ser considerados como esos jarrones chinos que no se sabe dónde poner. Pero también pienso que precisamente por haber sido ex presidentes deben ser más prudentes y equidistantes a la hora de hablar. Es evidente que resulta más que interesante conocer de primera mano los entresijos de lo sucedido en la reciente historia de nuestro país, y que a los ciudadanos nos gustaría conocer la verdad, toda la verdad, de lo sucedido durante los mandatos de Suárez, Calvo Sotelo, González y Aznar. Me refiero a esa "verdad" que suele permanecer oculta porque no vamos a ser tan ingenuos de creer que a pesar de que disfrutamos de libertad de prensa sabemos todo lo que pasa, pero eso ni sucede aquí, ni en Estados Unidos, ni en el resto de Europa. Siempre hay zonas de sombras. De manera que sería estupendo que los ex presidentes regalaran a la posteridad unas "memorias" auténticas, en las que contaran la verdad y nada más que la verdad de lo que les tocó vivir. Ahora bien, lo que no entiendo es por qué Felipe González ha decidido insinuar parte de algunas verdades dando lugar a todo tipo de interpretaciones y especulaciones. Si no fuera un político de tan largo recorrido, tan avezado, que sabe mejor que nadie el impacto que pueden tener sus declaraciones, se podría pensar que no ha sabido medir las consecuencias de sus palabras. Pero aceptar eso sería minusvalorarle. O sea que el ex presidente ha dicho lo que ha querido decir, seguramente porque con 68 años es consciente de estar en tiempo de descuento, en una etapa de su vida en la que tiene más pasado que futuro y por tanto ha optado por hacer y decir lo que le da la gana sin importarle las consecuencias, porque ya digo que tonto no se ha vuelto de repente. Y precisamente lo que ha confesado a Juan José Millas ya ha tenido consecuencias inmediatas. En un momento en que sus viejos enemigos están disparando contra el recién nombrado vicepresidente Pérez Rubalcaba, precisamente a cuenta del pasado, va González y les regala munición de grueso calibre para que les disparen a los dos. No sé, pero pienso que los socialistas llevan meses empeñados en perder las próximas elecciones y que se están dedicando con ahínco a ello. Por si no tenían pocos problemas, González echa unos cuantos leños al fuego. Y para rematar el fin de semana, Jesús Eguiguren hace otro tanto de lo mismo participando en un programa de humor en que confiesa lo bien que le cae Arnaldo Otegui, y de paso nos anuncia una tregua de ETA y que Batasuna va a participar de las instituciones. Dicho todo estos como quien comenta el tiempo. González y Eguiguren han regalado un montón de munición a sus enemigos, pero la cuestión está en que éstos no solo van a ir a por ellos sino el efecto que sus sorprendentes declaraciones van a tener en el electorado y en el propio PSOE. Ya digo que Felipe González está en una etapa de su vida en que hace y dice lo que le viene en gana, pero esta vez se ha disparado él solito en el pie. Sus enemigos ya se han puesto en marcha.