Ramón Rebollo: “Es muy bonito hacer un concierto solidario en los campos de lavanda”

17/07/2018 - 13:02 D.Pizarro

Nipace se prepara para celebrar este sábado un evento único que aspira a repetirse los próximos años.

Ofrecer a los niños con parálisis cerebral los últimos tratamientos es el objetivo de la Fundación Nipace, con su presidente a la cabeza, Ramón Rebollo. Para ello, no dejan de organizar actos solidarios con los que recaudar dinero. El próximo será el Concierto solidario de los Aromas, que conjugará la ayuda a los niños con la promoción de los campos de lavanda .

 

Este sábado 21 de julio es el ‘Concierto solidario de los Aromas’ en Almadrones. ¿Cómo surgió la idea de organizar un evento tan original?

Surgió rápidamente en una comida con el productor de lavanda, los hermanos Juanjo y Rubén Lope. Propusimos hacer un concierto solidario y a la vez promocionar el cultivo de la lavanda, todo ello con el fin de recaudar dinero para los niños con parálisis. La idea sería que cada año se celebrara este concierto en puntos distintos y que pudieran beneficiarse otras asociaciones o fundaciones.

Así que ésta será la primera edición. 

Así es. Para ello, se barajaron varios grupos y se fue preguntando. Unos estaban ocupados por sus agendas artísticas. Pero a Mocedades rápidamente les pareció una idea fantástica, dado que nunca habían hecho un concierto en campos de lavanda. Nos pusimos manos a la obra a diseñar el concierto, las zonas donde se va a colocar a la gente y el punto donde se habilitará una zona de relax con gastronomía. Se hará una concentración de food truck. Luego habrá un gran bar que explotará directamente Nipace donde se podrá cenar.

¿Cuántas personas podrán disfrutar de este evento?

Inicialmente se pensó en reunir alrededor de 1.500 personas, y esa será la cantidad que alcanzaremos. Se nota que, según va llegando la fecha, va animándose más gente. Les gusta la idea del cultivo de la lavanda y ver ese espectáculo, porque realmente es un espectáculo digno de ver con el atardecer.

¿Ha sido muy complicado organizar la logística del concierto?

Lo está siendo. Afortunadamente, colaboran con nosotros la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Almadrones, que nos ha dado los permisos previos. También estamos arreglando los accesos para llegar a esa finca y se está preparando la zona de aparcamiento. Además, Protección Civil se encargará de la seguridad de las personas que vayan. Es complicado pero a la vez bonito. Vamos casi todos los días ahora al campo para ver cómo va la floración, porque ha llovido mucho y viene un poco tardía. Casi todos los días vamos al lugar para ver dónde se va a situar el escenario. Creo que para el día 21 va a estar muy bonito, aunque llegaremos justitos porque a esa zona le quedan 15 días para florecer. También hay que cuidar muchísimo que no sufran las matas de lavanda. Además, queremos hacer un acceso para las sillas de ruedas de todos los niños con parálisis que tendrán las primeras filas reservadas. Y por su puesto haremos todo lo posible para que los demás asistentes se encuentren cómodos.

La entrada cuesta 24 euros. ¿Esa cantidad va íntegra para Nipace?

Así es, Mocedades cobra un dinero y también hay gastos de organización, pero en definitiva los 24 euros son para Nipace.

Aparte de Diputación y Ayuntamiento de Almadrones, ¿contáis con más colaboradores?

Por supuesto. El Área 103 colabora logísticamente con parte de su catering; Alcarria Flora y Alcarria Natura que son los más entendidos en la lavanda, nos asesoran para preparar todo el evento para que el medio ambiente esté lo más cuidado posible; los propietarios de la finca lo han dado todo desinteresadamente aún sabiendo que alguna planta se va a estropear. También la Obra Social La Caixa nos facilitará unos voluntarios que se encargarán de colocar a la gente y hacer el control de entradas. Y Guadalbus va a poner autobuses desde las 19.30 horas desde Santo Domingo, por lo que no hace falta ni llevarse el coche. Y una vez que termine Mocedades habrá una salida a Guadalajara; tras Javier Matía, otra salida… y así cada hora hasta las 2.00 horas. Quien quiera disfrutar de todo el evento puede tomarse una caña porque sabe que no va a tener que conducir.

Estará contento con tantos apoyos.

Claro. Nos llama mucha gente por si necesitamos ayuda. Según va llegando la fecha, sobre todo por la parte que me toca, te entran los nervios y empiezas a apuntar las cosas que faltan. Pero con todo el que me encuentro, pregunta si necesito algo. Incluso las empresas de bebida están siempre dispuestas. Vienen ellos a mí y se sienten parte del evento. Creo que la gente se imagina que es un evento difícil de organizar y ofrecen su ayuda. Lo recibimos con mil amores.

Es un evento difícil pero muy original.

Es algo muy bonito hacer un concierto solidario encima de los campos de lavanda, en los mismos surcos de las plantas. Hacerlo ahí y luego vivir ese ambiente es precioso. Yo he ido algunas tardes a las 19.00 horas y oigo el zumbido de las abejas, pero no te molestan para nada. También hemos ido varias veces para calcular cuándo es el atardecer. Nos lo pasamos bien todas las tardes.

Y aparte del carácter solidario, dais publicidad a esos campos.

Se pretende promocionar la lavanda, además del fin solidario. Por eso la Diputación de Guadalajara está encantada con la idea. Es sabido que en Brihuega hay lavanda, pero está por toda la provincia actualmente. De hecho, se inició en Cogollor con los hermanos de Lope y su padre. Pero se ha extendido por la provincia y está atrayendo muchísimo turismo. Nosotros, que estamos allí muchas tardes, vemos cómo paran infinidad de coches para hacerse fotografías.

Centrándonos ya en la labor de la fundación, ¿qué tratamientos habéis incorporado últimamente?

Se han ido incorporando distintas tecnologías y tratamientos. Lo último fue el exoesqueleto, del que ya se están beneficiando 11 niños. Es magnífico cómo funciona y sobre todo, el resultado que se está obteniendo. Aunque el robot Lokomat nos permitía una rehabilitación y un estiramiento de muchos músculos, con el exoesqueleto hemos comprobado que podemos llegar a músculos a los que no llegábamos. Se ha incorporado también un sistema de fisioterapia respiratoria, pues hay muchos niños gravemente afectados que no pueden expulsar el moco que les queda en el pulmón. Entonces eso llega a infectarse e incluso origina un ingreso hospitalario. Cuando el fisioterapeuta detecta que hay una posibilidad de ese moco adherido, a base de un masaje, con un chaleco vibratorio y la mascarilla que tiene este sistema, podemos extraer esa mucosidad. Hay seis siete familias que lo están usando ahora y están encantados del resultado.

¿En estos momentos tenéis lista de espera para acceder a vuestros servicios?

Hay 56 familias esperando para recibir tratamiento. Y es que hay familias que quieren venir a Guadalajara. Vienen de toda España y tenemos solicitudes de Francia, Chile, Colombia... Es imposible atender a esas familias por lo que supone el viaje y la estancia. Por ello, en un futuro estamos planteando formar fisioterapeutas en América Latina y que alguien pudiera encargarse de aliviar la demanda. No obstante, estamos contentos de que Nipace se oiga también por allí. El otro día recibí en la fundación a un refugiado que quería hablar conmigo. Tiene una sobrina en Egipto y vino a España buscando a Nipace. Me dejó de piedra. Me dijo que venía por encargo de su hermana. Ni siquiera sabía qué decirle. Así que hemos quedado en que nos va a mandar unos videos de la niña para que los profesionales la valoren y vean si es posible dibujarle un tratamiento a distancia que desarrollen los profesionales de allí. Y si en un futuro puede venir a España, que venga.

¿No cree que la Seguridad Social debería costear este tipo de tratamientos?

Quizá sí. Nos lo hemos planteado muchísimas veces. La administración se encarga pero de una manera muy por encima con una o dos horas a la semana, por lo que  ese niño al final no hace una rehabilitación completa. La Junta de Comunidades  y el Ayuntamiento nos ayudan económicamente, pero con cantidades muy pequeñas para lo que suponen este tipo de tratamientos. No sé si la Seguridad Social llegaría a especializarse tanto como puede hacerlo una asociación de familias afectadas. Pero es verdad que debería implicarse más en cada dolencia.