Resistir para sobrevivir: El Cabanyal

26/10/2015 - 23:00 Vicente Valero

El Cabanyal sigue siendo un pueblo. De poco sirvió la anexión a Valencia cuando los nativos, hasta fecha muy reciente, decíamos aquello de “M’en vaig a Valencià”. Y es que la vía del tren marcaba la frontera. Sus peculiaridades lo han diferenciado; entre ellas el mar, que entregaba el sustento a cambio de sudor y vidas; aunque, como decía mi padre: “en la mar mes val suar que tremolar”, la moneda es la palabra y un apúntamelo es una letra que nunca se reclama y siempre se paga.
De ese mar salió el espíritu solidario y revolucionario de su gente, como lo acredita la emancipación obrera de los pescadores, que crearon el Progreso Pescador, apoyado por el republicano Vicente Blasco Ibáñez. Por otro lado estaba la Marina Auxiliante, de carácter conservador, que aglutinaba a armadores y consignatarios, pero cuando la mar rugía o llega la Semana Santa nadie se distingue. Y es que en la Semana Santa marinera también hay algo de revolucionario. Recuerdo que hace unos años el cura de una parroquia destituyó a un cofrade mayor porque se había divorciado y vivía en pareja. La respuesta a esa destitución fue que una cosa era la iglesia y otra la Semana Santa, que los cofrades no se metían con la iglesia y que está no debía meterse con las hermandades. Por lo que respecta a la solidaridad para con cascaos y mayores no cabe extenderse. A la vista está que en él se han ubicado: El Asilo de San Juan de Dios, El Hospital de la Malvarrosa, el Asilo del Carmen, el desaparecido Asilo de San Eugenio y Asilo Refugio para Inválidos del Mar (levantado con cuotas y curro, que de las dos maneras se aportaba).
Ese espíritu solidario lo plasmó Joaquín Sorolla en el único cuadro por el que fue galardonado, Triste herencia, con el Grand Prix en la Exposición Universal de París del año 1900, y un año después con la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid. Histórico es que una cooperativa de pescadores, El Progreso Pescador, levantara con las cotas de sus asociados “El Casinet”, desde cuyos balcones Blasco Ibáñez habló tantas veces a los vecinos de El Cabanyal. Dando un salto en el tiempo nos encontramos la paradoja de que con el nombre de Blasco Ibáñez se pretende partir en dos el Cabanyal. La estrategia no era mala, la cuchilla se llamaba “Paseo al Mar” y como con ese nombre no colaba, se le disfrazó con el de Blasco Ibáñez, cual si fuera el “Caballo de Troya” El plan de partir El Cabanyal: paralizó la conservación de las viviendas, expulsó a la población joven porque no podía realizar obras de mantenimiento en las viviendas que heredaban y aisló a los mayores porque sus hijos tuvieron que salir del barrio. El intento de penetración del paseo engendró el “Salvem El Cabanyal” que tantos ríos de tinta ha hecho correr. Yo creo que el éxito en la defensa de El Cabanyal se debe en gran parte a que al frente se puso al ilustre marino: manco, cojo y tuerto; Blas de Lezo.
Si los ingleses no tomaron Cartagena de Indias hace más de 250 años por estar al frente de su defensa “Mediohombre”, ahora se ha superado; el asedio a Cartajena de Indias duró 2 meses y una semana, mientras que el asedio a El Cabanyal 17 años. ¡¡Qué menos que una estatua en su calle!! Ha llegado el momento de la reconstrucción y conviene planificar con tiento y mirando cada euro. Por eso quiero apuntar que es imprescindible que en la rehabilitación del barrio se contemple la accesibilidad de forma escrupulosa, porque de ella depende el asentamiento de su población, se evite el despoblamiento que se ha producido por el envejecimiento y se regenere el comercio. A modo de pinceladas enuncio una serie de puntos a considerar.
1) Todo edificio nuevo de más de una planta debe contar, por lo menos en el diseño, con la previsión de la instalación de un ascensor que salve las alturas del edificio y no deje aislados a vecinos que por cambio en su condición física lo precisen.
2) En los edificios de 5 alturas, en los que no se exigía la instalación de ascensor, debe facilitarse su instalación cuando sea posible. Y en los edificios que cuentan con ascensor, remodelar los patios y zaguanes para rebajar la altura de los ascensores a cota cero o dotar de rampas de pendiente accesible, nunca superiores al 10 %.
Todo ello es subvencionable, porque dentro del Plan Estatal 2013-2016 de rehabilitación de edificios se contempla la máxima aportación, el 50 %, a las obras de accesibilidad, a las que pueden acogerse las comunidades de propietarios de los edificios de vivienda.
3) Las obras de urbanización deben cumplir las normativas de accesibilidad, vigilando que las pendientes de los vados peatonales sean las legales (máximo 10 %), se instalen los vados precisos en cada cruce (que los vados ocupen el total del ancho del paso peatones, establecido en 180 cm como mínimo, y estén perfectamente enrasadas las intersecciones de vado y calzada, sin resalte alguno).
 4) El vado no debe invadir la banda libre peatonal, excepto cuando se trate de aceras estrechas y el vado se realice rebajando todo el ancho de la acera en sentido longitudinal.
5) La inmediata puesta en funcionamiento de la priorización semafórica de los tranvías, que permita la reducción del tiempo de los recorridos.
El trenet hacia el recorrido entre las estaciones del Grao y Pont de Fusta en 15 minutos, ahora dobla el tiempo y el confort del viaje es menor, por cuanto los frenazos y acelerones son constantes, mientras que el trenet solo reducía la velocidad al llegar a las estaciones.
6) Un plan de accesibilidad a los locales comerciales y sociales del barrio, que favorezca la actividad comercial, dado que el barrio está infravisitado y su rehabilitación atraerá al turismo de crucero, en el que crecen los pasajeros de edad que tienen movilidad reducida y se enfrentan a un barrio difícilmente transitable. Prueba evidente de la apuesta por ese turismo es el hecho de que el paseo marítimo cuenta con una presencia importante de personas con movilidad reducida, muchas de las cuales circulan con scooters de cuatro ruedas y su presencia aumenta de manera exponencial
. En fin, que el barrio necesita asentar a la población, y eso inexcusablemente pasa por la accesibilidad y permeabilidad, tanto de viviendas como comercio y urbanismo. A la memoria me ha venido la madre de Toni Rico, que dice que donde no puede entrar su hijo no compra ella: “cliente que pierden”.