San Antón 'fashion'

13/01/2018 - 12:29 Antonio Yagüe

Nadie puede dudar de que la violencia cero contra los animales es un avance irrevocable de la sociedad.

Cada 17 de enero, el día de san Antón se ha convertido en Madrid en una fiesta que nos deja boquiabiertos especialmente a los originarios de una sociedad y civilización (sí) rural y campesina, donde también se quería a los animales de casa sin tanta ostentación. Orquestas tocando en la calle, largas colas de gente y animales a las puertas de la iglesia del santo y, tras la Misa Mayor en medio de ladridos, maullidos y trinos, el mediático y bonachón padre Ángel consagrando hisopo en mano a cientos de perros, gatos, tortugas, peces, periquitos y la más variada fauna.
    Abundan feligreses comprando los tradicionales panecillos por hasta diez euros. También aprovechan la ocasión los negocios y mercados de Chueca, un barrio venido a tanto que se ofertan zapatos por 1.500 euros. El año pasado, dentro de sus iniciativas alternativas en las grandes fechas, una inmobiliaria repartió mantas gratis para perros con publicidad de la agencia. La misma que cuando las fiestas del Orgullo regaló abanicos, y paella en la crisis del PSOE. Como cierre, el multiespacio gastronómico Mercado de San Antón organizó una pasarela de mascotas. Muchos se fotografiaron con sus animales ataviados con gorros de fiesta, coronas e incluso guirnaldas.
    Nadie  puede dudar de que la violencia cero contra los animales es un avance irrevocable de la sociedad. Una nueva ley considera a los de cuatro patas sujetos de derecho como seres vivos y “sintientes”, impide su embargo como bienes, e incluso establece un convenio con régimen de visitas en caso de divorcio  de sus amos. Los esperpénticos pleitos ya vendrán con las colonias de hormigas, lo más ‘fashion’ o de última moda, según contó una participante en el programa televisivo “Ahora caigo”.
    Los psicólogos sostienen que la pasión por nuestros animales no ha aumentado en las últimas décadas, sino que la posibilidad de exhibirlos en las redes lo ha convertido en viral. Apuntan como factores del cariño desmedido la necesidad de un amor incondicional, que lleva a priorizarlos por encima de nuestros semejantes, y el sentimiento de protección frente al peligro.
    Antes de esta sociedad de la mascota, en mi pueblo y tantos otros de Castilla y Aragón, simplemente se daba una vuelta a la Iglesia con caballerías, ovejas y canes. La mayoría, con devoción.