Sigüenza y Santa Marta

29/07/2017 - 20:06 Pedro Villaverde Martínez

 Hoy es a la gastronomía a la que queremos recordar especialmente representada por cuantos a ella se dedican y a su patrona Santa Marta.

Hemos hablado y sobre todo escrito bastante sobre la ciudad en la que la piedra se ha hecho arte, la ciudad docente, la ciudad gastronómica... Hoy tal vez un tanto venida a menos porque los tiempos son otros y posiblemente no se ha sabido acompañarlos con el mismo esplendor. Pero la ciudad del Doncel guarda su primacía entre las ciudades más bellas de nuestra provincia y nación, siendo catalogada en 2017 como capital del turismo rural. Este año con el atractivo de la exposición sobre el Cardenal Cisneros, el pasado con la magna Atempora y no olvidamos los tesoros arqueológicos que se están descubriendo en la iglesia de Santiago. La docencia sigue impartiéndose aunque no sea con la amplitud de otros tiempos…La gastronomía continúa ocupando un puesto muy destacado y su situación geográfica le acompaña con un clima envidiable para seguir siendo un lugar al que a la gente le dé la gana visitar. Muchas son las bondades que esta ciudad medieval atesora. Sus Fiestas Medievales se han celebrado hace poco con gran éxito y son muchas otras las que se celebran con gran boato y atractivo para el turista. Merece la pena que se siga luchando para que continúen celebrándose. Los tiempos, no obstante, cambian y las circunstancias que los acompañan han de saber adaptarse a los mismos para hacer que tantas cosas bellas sigan siendo suficiente atractivo para el público en general. Nuestra estancia durante gran parte del verano ha hecho posible constatar todo ello y hoy, en concreto mañana 29 de julio, cuando se celebra la festividad de la Hostelería, uno quiere dejar constancia de la importancia y la calidad de los restaurantes de esta ciudad. Hoy es a la gastronomía a la que queremos recordar especialmente representada por cuantos a ella se dedican y a su patrona Santa Marta… el arte del yantar perdurará siempre. De hecho este último fin de semana nos comentaban varios restauradores el lleno en sus locales, viendo nosotros mismos a la gente esperar para sentarse en las distintas terrazas. Nuestra felicitación a cuantos trabajan este noble arte culinario, no menor, ni mucho menos, pues recordemos aquello de primero es ser y después filosofar. Muchos tesoros adornan a esta ciudad… el buen comer es uno de ellos.