Sobre el 'Certamen Valentín García Yebra'
Soy Arturo Caprara, el autor de Ogros, la novela descalificada en el X Certamen de Novela para Jóvenes Escritores Valentín García Yebra 2011. Antes de nada, me gustaría pedir disculpas por haber incumplido las bases del certamen -por razones que ahora paso a explicar-, así como darle mi más sincera enhorabuena a la justa ganadora, Aurora Marlene Tactuk Retif. A la vista del perjuicio leve -e inmerecido- que lo sucedido puede provocar en mi reputación y honorabilidad como escritor, me veo forzado a realizar las siguientes puntualizaciones.
En primer lugar, que tal y como le expliqué a la organización, el incumplimiento de una de las bases por mi parte no ha sido deliberado y se ha debido únicamente a un error de interpretación de estas. En efecto, Ogros ya está publicada desde hace unas semanas, pero publicada por mí, es decir, es una obra autoeditada. La organización me ha informado de que eso da lo mismo a efectos técnicos, pero yo no pensaba que fuera así a la hora de presentarme al certamen.
Recientemente, decidí autoeditarme para no esperar sentado a que una editorial me descubriera y empezar a dar a conocer entre mi círculo de conocidos la novela a la que tanto tiempo, esfuerzo e ilusión había dedicado, y que yo sabía de alta calidad literaria y que representaba, de hecho, la culminación de muchos años de aprendizaje en la sombra del oficio literario. Antes de hacerlo, no obstante, como precisamente sabía que la mayoría de los certámenes literarios estipulan que la obra sea inédita me dirigí a varios de ellos al azar, así como a diversas casas de edición, para que me aclararan si una obra autoeditada o editada eran la misma cosa, y me dijeron que no, puesto que lo que consideran una obra inédita en la mayoría de los certámenes es que que la obra no tenga sus derechos comprometidos con ninguna editorial.
Mi gran error fue hacer extensiva esta respuesta a este certamen literario, y no preguntarle a la organización sobre este punto antes de presentarme (un descuido que ahora, a la vista de lo sucedido, lamento profundamente, como bien se pueden imaginar). De ahí mi emoción y tranquilidad cuando se me comunicó que yo era el ganador del concurso, pues no pensaba ni por asomo que yo hubiera incumplido las bases. Por tanto, pido disculpas por haber malinterpretado las mismas y espero que la controversia que este desafortunado incidente ha creado en torno al certamen de este año no empañe la imagen de una organización tan prestigiosa y limpia -como lo demuestra además el hecho de que apostaran inicialmente por una obra rompedora y que no se ajusta a los cánones convencionales como lo es Ogros- ni tampoco la mía como escritor.
Por último, me gustaría añadir que acato completamente la decisión del jurado y felicito a la ganadora. Habiendo sido elegida su novela por tan prestigiosa organización, no me cabe duda de que tendrá tanta calidad como mi obra, o incluso más. Le deseo tanto a ella como a la organización el mayor de los éxitos en su futuro profesional.
Por mi parte, seguiré luchando por publicar mi obra -pues lo cierto es que, aunque esté técnicamente publicada, no cuento con el respaldo de ninguna editorial (la obra ha sido de hecho diseñada y maquetada por mí), y en la práctica sigo en busca de editor-, y trataré de recobrar la paz de espíritu que todo este lamentable incidente me ha arrebatado en los últimos días, para reanudar la escritura de mi nueva obra, una obra de aún mayor calidad que Ogros, y que, después de esta traumática experiencia para mí tengo claro que no me autoeditaré. Seguiré los cauces preestablecidos por la sociedad para dar a conocer mi obra.