Sobre el término castellano-manchego
Estos días tuve la oportunidad de ver una noticia que me impactó bastante, no tanto por su contenido como por su titular. Rezaba como sigue: El PP manchego presume de los éxitos de Cospedal. Huelga decir que con ese gentilicio se referían, como se comprobaba en el cuerpo de la noticia, a toda la autonomía. Hace ya 30 años que a los castellanos del sur se nos colocó un sambenito que, para chanza de nuestros vecinos y mengua de la Cultura, soportamos mal que bien. Sambenito por medio del cual a los castellanos al sur del Sistema Central ahora se nos llama castellano-manchegos. Etimológicamente un castellano-manchego es, como su propio nombre indica, un castellano de La Mancha. Ya se incurre por tanto en un error cuando se nos llama así a los habitantes del resto de comarcas.
Pero no queda ahí la cosa, sino que el agravio aún es mayor cuando se elimina el primer término y queda únicamente el gentilicio manchego, donde el resto de comarcas del sur de Castilla quedan directamente despreciadas de una forma bastante afrentante y dolorosa. Es trágico comprobar cómo uno de los pueblos más importantes en el devenir de la cultura europea, el pueblo castellano, ha sido nominalmente borrado de la faz de la tierra por instituciones, agentes sociales y medios de comunicación.
Hemos pasado a dejar de existir. Culturalmente es una pérdida irreparable. Y ya resulta cómico que se pueda leer a diario en los medios provinciales y autonómicos palabras como andaluz, gallego, aragonés, etc, para referirse a cuestiones de otros territorios, y para encontrar la palabra castellano, a secas y sin apellidos, haya que llamar a Paco Lobatón.