Trescientos seteros lo pasan de miedo en el Bosque del Terror de Quer

01/11/2017 - 17:59 Redaccón

Un grupo de voluntarios creó, en el interior del local social del Ayuntamiento de Quer,  un entorno terrorífico y una historia, la de Monseñor Celada.

Puntual y mejor organizado que nunca, a las 21:30 horas se estrenaba anoche en Quer "El Bosque del Terror", una trabajadísima galería de los horrores en la que  un grupo de voluntarios seteros había convertido el Centro Social de la Plaza Mayor.

Este año, el grupo, que llevaba más de un mes trabajando en la decoración y en la creación del guión de la historia, comenzó la representación  en la Plaza de Juan Pablo II, junto al cementerio. Allí, surgida de la nada, en plena campiña setera y envuelta en brumas,  una novia de ojos glaucos, sin ser aún consciente de que ya no estaba en el reino de los vivos comenzaba a contar su triste historia. Los seteros escucharon aterrorizados su relato, y recibieron las primeras noticias de Monseñor Celada, un malvado obispo, señor de Quer, que ahorcaba a todos aquellos de sus súbditos que osaban desobedecerle.

El prelado se enamoró perdidamente de una bella muchacha, que nunca le correspondió. La muchacha, que sí había encontrado el amor en Quer, trató de huir adentrándose en el bosque. Monseñor Celada la persiguió hasta encontrarla, y nunca más se supo de ninguno de los dos. Esa es la historia que un monje contaba a quienes querían escucharla, en los primeros pasos del Bosque del Terror. “En todo pueblo hay un bosque, y una iglesia… Los de Quer son diferentes”, aventuraba el monje.

Delante de los sorprendidos seteros, trescientos metros de laberinto, en pleno bosque, que los voluntarios se habían trabajado con restos de poda, un cementerio, y un estrecho puente. Los valientes seteros debían  cruzarlo de uno en uno para darse de bruces con la vieja abadía. De cada rincón salían las ánimas de los ajusticiados por Monseñor Celada. En una fantasmagórica escena final, los seteros presenciaban lo que había sucedido con la bella muchacha, que también fue ahorcada. Por supuesto, Monseñor Celada también aparecía entre los intrincados senderos del bosque.

Cerca de trescientos seteros se adentraron, entre el miedo y la sonrisa en el Bosque del Terror. El alcalde de Quer, José Miguel Benítez, que fue uno de los actores intervinientes,  agradecía el trabajo de todos los voluntarios que han hecho posible “este creo que excelente bosque del terror en el que hemos convertido el local social del Ayuntamiento”, además también de subrayar el trabajo de "asociaciones y otros voluntarios, y de Protección Civil, en el resto de las actividades del que creo ha sido una maravillosa y compartida tarde-noche de Halloween".

Los voluntarios de Protección Civil se encargaron de regular la ordenada entrada y salida de personas en el Bosque del Terror, colaborando, como siempre, con el Ayuntamiento.