Turismofobia

14/07/2017 - 12:32 Antonio Yagüe

La epidemia del turismo de masas que ha tomado sobre todo el centro de las ciudades.

Tras Venecia, ciudades  como Barcelona, Lisboa, Praga, Palma de Mallorca, San Sebastián y Madrid empiezan a ser víctimas de la famosa gentrificación, la epidemia del turismo de masas que ha tomado sobre todo el centro de las ciudades. La avalancha es tal que se empieza a hablar de turismofobia, como un fenómeno de rechazo y malestar ante tanto ‘guiri’ en chanclas y con camiseta de tirantes, que parecen pastores de Afganistán. Han aparecido pintadas como ‘tourists go home’ o ‘tourist’ en el punto de mira de una diana. Impensable no ya cuando Fraga Iribarne empezó hacer del turismo una industria, sino hace cuatro días.
    Parece que no ocurrirá lo mismo fuera de las grandes ciudades y zonas del interior donde todavía pervive la turismofilia con muy moderado éxito. Como en Molina de Aragón. Cada año nos visitan menos de 50.000 personas, a pesar de un posible mercado de varios millones que viven en un radio de 200 kilómetros. La potenciación del Geoparque y las campañas de las administraciones pueden ser muy importantes,  pero ya veremos los resultados.
    El sector de las casas rurales, asegura que la crisis ha quedado atrás y se prepara para un verano con la ocupación más alta de su historia. Los seis hoteles de Molina y el centenar de alojamientos de la comarca participan de las buenas perspectivas generales. También los restaurantes, cafeterías y bares, pese a que sigue vivo el conflicto entre hosteleros y Ayuntamiento tras la polémica normativa que limita el número de mesas en las terrazas a la superficie de la fachada del local, aunque sobre espacio. Además, se les exige una costosa renovación del mobiliario homogénea y acorde con el entorno.
    Estas fiestas del Carmen serán la prueba del algodón para ver si se llega a un acuerdo, amainan los enfados y reina la armonía. Y para calibrar el éxito del remozado paseo de los Adarves, reconvertido en bulevard y rebautizado con cierta sorna por algunos como Paseo Marítimo.
    Los catastrofistas prevén atascos y problemas de aparcamiento este verano.
    Pero en las ciudades modernas prima el peatón. Quizá debiera el alcalde implantar un estacionamiento regulado molinés (ERM), con la correspondiente tasa. O vetar totalmente el aparcamiento en esta arteria principal, como en Daroca. Puede que no le diera más votos, pero sería un puntazo.