Una enfermedad ósea y la malaria causaron la muerte de Tutankamón
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Una enfermedad ósea y la malaria crónica causaron la precoz muerte del famoso faraón egipcio Tutankamón a los 19 años, según sugiere un estudio del Consejo Supremo de Antigüedades en el Cairo (Egipto) que se publica en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). Los investigadores han utilizado varios métodos científicos, incluyendo ADN de las momias reales, y han identificado también a miembros de la familia real, incluyendo al padre y la madre del gran rey egipcio.
Los investigadores descubrieron una acumulación de malformaciones en la familia de Tutankamón. Se diagnosticaron varias patologías, incluyendo un trastorno óseo denominado enfermedad de Kohler II en Tutankamón, aunque ninguna por si misma causó la muerte.
La evaluación genética de los genes específicos Stevor, AMA1 o MSP1 del parásito de la malaria Plasmodium falciparum revelaron indicaciones de malaria en 4 momias, incluyendo la de Tutankamón. Los resultados sugieren necrosis ósea avascular, un trastorno en el que existe un mal suministro sanguíneo a los huesos que lleva al debilitamiento o destrucción de un área ósea, junto con la infección de malaria como la causa más probable de la muerte de Tutankamón. Los problemas para caminar y la malaria crónica de Tutankamón se apoyan en el descubrimiento de varas y una farmacia para la otra vida en su tumba. Los autores apuntan que una repentina fractura de su pierna, posiblemente por una caída, podría haber dado lugar a una afección letal cuando se produjo una infección por malaria.
Una muerte controvertida
La XVIII dinastía, entre 1550 y 1295 antes de nuestra era, del Reino Nuevo fue una de las más poderosas casas reales del antiguo Egipto e incluyó el reinado de Tutankamón, probablemente el más famoso de los faraones, aunque su mandato fue corto. Murió en el noveno año de su reinado, hacia el 1324 antes de nuestra era, a los 19 años. Debido a su precoz muerte y a que no dejó herederos se han realizado múltiples especulaciones sobre las enfermedades que podrían haberse dado en su familia, así como sobre la causa de su muerte. Los artefactos descubiertos han mostrado que la realeza de esta época tenía una apariencia en algún sentido feminizada o andrógina. Esto ha sugerido la presencia de enfermedades como la ginecomastia, un desarrollo excesivo de las mamas en los varones resultado de un desequilibrio hormonal, el síndrome de Marfán y otros.
Los científicos, dirigidos por Zahi Hawas, realizaron un estudio para determinar las relaciones familiares entre 11 momias reales del Reino Nuevo y buscar características patológicas atribuibles a trastornos hereditarios, enfermedades infecciosas y relaciones sanguíneas. También buscaron evidencias sobre la muerte de Tutankamón, cuyas teorías incluyen una herida, septicemia, embolismo de grasa tras una fractura de fémur, asesinato por un golpe en la parte trasera de la cabeza; o envenenamiento.
La evaluación genética de los genes específicos Stevor, AMA1 o MSP1 del parásito de la malaria Plasmodium falciparum revelaron indicaciones de malaria en 4 momias, incluyendo la de Tutankamón. Los resultados sugieren necrosis ósea avascular, un trastorno en el que existe un mal suministro sanguíneo a los huesos que lleva al debilitamiento o destrucción de un área ósea, junto con la infección de malaria como la causa más probable de la muerte de Tutankamón. Los problemas para caminar y la malaria crónica de Tutankamón se apoyan en el descubrimiento de varas y una farmacia para la otra vida en su tumba. Los autores apuntan que una repentina fractura de su pierna, posiblemente por una caída, podría haber dado lugar a una afección letal cuando se produjo una infección por malaria.
Una muerte controvertida
La XVIII dinastía, entre 1550 y 1295 antes de nuestra era, del Reino Nuevo fue una de las más poderosas casas reales del antiguo Egipto e incluyó el reinado de Tutankamón, probablemente el más famoso de los faraones, aunque su mandato fue corto. Murió en el noveno año de su reinado, hacia el 1324 antes de nuestra era, a los 19 años. Debido a su precoz muerte y a que no dejó herederos se han realizado múltiples especulaciones sobre las enfermedades que podrían haberse dado en su familia, así como sobre la causa de su muerte. Los artefactos descubiertos han mostrado que la realeza de esta época tenía una apariencia en algún sentido feminizada o andrógina. Esto ha sugerido la presencia de enfermedades como la ginecomastia, un desarrollo excesivo de las mamas en los varones resultado de un desequilibrio hormonal, el síndrome de Marfán y otros.
Los científicos, dirigidos por Zahi Hawas, realizaron un estudio para determinar las relaciones familiares entre 11 momias reales del Reino Nuevo y buscar características patológicas atribuibles a trastornos hereditarios, enfermedades infecciosas y relaciones sanguíneas. También buscaron evidencias sobre la muerte de Tutankamón, cuyas teorías incluyen una herida, septicemia, embolismo de grasa tras una fractura de fémur, asesinato por un golpe en la parte trasera de la cabeza; o envenenamiento.