Una lenta recuperación de población
Pese a que los pueblos parecen vaciarse este fin de semana, recientemente hemos conocido el dato que apunta que en la provincia se han recuperado 1.472 habitantes en los dos últimos años en zonas de extrema despoblación,
Estamos en los días en que se pone el punto y final a las vacaciones en los pueblos y se inicia el regreso a los lugares de origen, en muchos de los casos a nuestra capital provincial que ya celebra los prolegómenos de sus inminentes fiestas rindiendo homenaje a la Virgen de la Antigua en El Fuerte y comenzando la instalación de las talanqueras y la iluminación. En marcha la última gran operación de tráfico del verano. Las plazas y las calles de la provincia empiezan a vaciarse y las casas, demasiadas de segunda residencia, bajan sus persianas después de haberse vivido la alegría del estío multiplicándose la población, en particular durante los días de celebración de los respectivos festejos. Sin embargo pese a la evidencia de este fenómeno hay motivos para un cierto optimismo en las bellas comarcas que sufren el drama de la desertización. Recientemente hemos conocido el dato que apunta que en la provincia se han recuperado 1.472 habitantes en los dos últimos años en zonas de extrema despoblación, cifra que se eleva a más de ocho mil en la región. La causa, la pionera, en España, Ley regional, con una batería de medidas que de momento ha servido no solo para frenar una sangría que parecía irreversible sino para fijar población, principalmente procedente de la Comunidad de Madrid, pero también de otros lugares de España. Los incentivos económicos para los emprendedores o fiscales para los que fijan su residencia en el medio rural están entre los atractivos al igual que el refuerzo de los servicios públicos, la mejora de la cobertura de Internet o el gran trabajo de los grupos de desarrollo rural. En solo dos años de ley el indicador objetivo de un saldo migratorio favorable demuestra el acierto de las políticas regionales, ejemplarizantes, y en las que debemos incidir para que vivir en uno u otro sitio sea una opción y no una situación a la que verse abocado por las circunstancias. Vamos por el buen camino.