Unai Sordo: “He visto preocupación por la enorme precariedad del empleo en Guadalajara”

27/04/2018 - 15:33 D.Pizarro

Entrevista al nuevo líder de CCOO en su primera visita a Guadalajara. Sordo lamenta que el mayor índice de siniestralidad se dé en la provincia.

Con el ánimo de practicar un sindicalismo de proximidad, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, elegido el pasado verano, mantuvo recientemente en Guadalajara un encuentro con delegados de Guadalajara. Es el final de su ronda de contactos con sus bases en Castilla-La Mancha, y ha aprovechado para conocer la realidad de la región en materia laboral y de derechos sociales.

 

Pisa por primera vez Guadalajara como líder del sindicato a nivel nacional. ¿Qué sensación le ha dejado esta visita?

Ha sido un encuentro muy interesante en el que he tratado de trasladar a los delegados las líneas de trabajo del sindicato para los próximos meses. Es muy importante que la gente, de primera mano y sin intermediarios, en encuentros en espacios reducidos, sepa qué análisis hace el sindicato de la realidad y qué planteamientos proponemos para mejorarla.

¿Cómo ha encontrado el sindicato en la provincia de Guadalajara?

CCOO está haciendo una tarea muy importante en Guadalajara. Generalmente, en Castilla-La Mancha es una organización muy potente en materia de afiliación, pero es verdad que también he visto una preocupación por la enorme precariedad del empleo que existe en Guadalajara, vinculado sobre todo al sector logístico y a la subcontratación que hay en la provincia. Y de hecho es significativo que el mayor índice de siniestralidad laboral se dé en Guadalajara, un dato verdaderamente sorprendente. Tiene que ver con que se está precarizando el empleo y no se está coordinando bien la actividad preventiva en distintos sectores de la provincia. Los responsables del sindicato en Guadalajara me han transmitido que hay que tratar de hacer todo lo posible para modificar la legislación y que no se pueda seguir con este proceso de subcontratación que permite pagar menos por el trabajo.

Pero las tasas de desempleo en Guadalajara están por debajo de la media.

Estamos hablando de tasas de desempleo comparativamente menores, pero también con poblaciones que no han crecido. En algunos casos, como me comentaban el otro día en Cuenca, ha disminuido la población. Si la tasa es baja porque la gente se marcha, tenemos un problema. Pero sobre todo el problema es de precarización del trabajo. La economía crece, estamos produciendo más bienes y servicios que antes de la crisis, pero no se acaban de recuperar los salarios y seguimos con más de un millón y pico de personas menos trabajando de las que había en 2008.

Tras el éxito de la huelga feminista y las movilizaciones por las pensiones, ¿confiáis que este 1º de Mayo sea también histórico?

Tanto la huelga del 8 de Marzo como las protestas de los pensionistas son una señal de que hay un malestar importante en una parte de la sociedad española. El 8 de Marzo tuvo que ver con el hartazgo de las mujeres de este país y las pensiones tiene que ver con los pensionistas. Pero quien haya estado en las manifestaciones pudo comprobar que allí había mucho más que mujeres y que pensionistas. Esto es el reflejo de un malestar porque el país crece, pero el país no reparte el crecimiento y esto siempre ha provocado reacciones en forma de movilización social que no se da muchas veces en las fases más agudas de la crisis, sino en las fases de salida de la crisis. Es muy difícil llevar a cabo un proceso de movilización social en un país que tiene un 24 por ciento de paro. Al descender el paro y ver que el crecimiento no se reparte, se promueve más la manifestación. Y el sindicato quiere cambiar la orientación de las políticas desde las propuestas pero también desde las movilizaciones.

El amplio seguimiento de esos dos movimientos fue una sorpresa para gran parte de la sociedad. ¿Vosotros lo esperábais?

Sí, igual es un poco presuntuoso. Nadie sabe exactamente la dimensión de la movilización, pero intuíamos algo porque se veía. Algunos llevamos yendo a las manifestaciones del 8 de Marzo cerca de 20 años. Y ya se veía que había un proceso sobre todo de una generación de mujeres jóvenes que sentía un hartazgo con múltiples causas: brechas salariales, violencia machista, esa sensación de temor cuando se vuelve a casa por la noche... Se estaba gestando un proceso de empoderamiento femenino en España muy importante. Y es muy digno de tener en cuenta y de impulsar.  Por tanto, teníamos claro que iba a ser una movilización histórica.

¿Qué reacciones, a su juicio, se han producido por parte del Gobierno?

Es evidente que el Gobierno no intuyó lo que se venía encima. Y estoy convencido de que no comprendía por qué habíamos convocado un paro de dos horas. Creo que según avanzaba el día fueron entendiéndolo. Ocurre que, en mi opinión, el Gobierno está sin pulso político y plantea medidas que a día de hoy no tienen el calado suficiente para hacer frente a los problemas de desigualdad entre géneros que sigue habiendo en la sociedad española. El Gobierno se dedica más a buscar gestos y medidas de cartón piedra que a implantar medidas verdaderamente potentes que pongan freno a la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, que tengan que ver con cómo se organiza la contratación a tiempo parcial, la escasa inversión en política de cuidados, la atención a la dependencia y a la infancia que está lastrando las carreras de las mujeres... Estamos a favor de acometer políticas en serio y ellos buscan escenarios más de pose, por lo menos hasta ahora.

Pero en materia de pensiones sí han respondido con anuncios.

Con lo que está el Gobierno es con una estrategia de desmovilización. Está planteando medidas parciales para este año para desmovilizar, porque claro, gran parte del electorado del PP son pensionistas. Pero siguen sin querer ver la dimensión real del problema. La revalorización de las pensiones no puede ser del 0,25 por ciento en un país que crece al 3. Y, sobre todo, tal y como está actuando la legislación y operando la reforma de pensiones de 2013, hay un riesgo de que las pensiones del futuro pierdan calidad. Por tanto, el debate que tiene que abordarse no es sólo el de la revalorización, sino el de garantizar el futuro del sistema público de pensiones. Y el Gobierno en este momento no está por la labor.

¿Cómo es su relación con la patronal?

Desde CCOO vemos a una patronal que es la gran beneficiada de las políticas y las reformas que se han hecho durante la crisis. Es una patronal comodísima con un nivel de irresponsabilidad sobre el futuro del país absolutamente preocupante. Es una patronal a la que se le ha puesto una reforma laboral que le permite que, en un momento en el que las empresas ganan 36.000 millones más que al inicio de la crisis, pueda tener la negociación colectiva prácticamente empantanada y pueda tener una actitud casi de provocación en algunas mesas de negociación. Y por otro lado, tenemos una política fiscal que hace que las empresas en este país paguen menos impuestos por las nóminas. Se les ha permitido campar a sus anchas, por lo que están cómodos en esta situación. Nosotros apelamos a CEOE y a Cepyme para que tengan una posición mucho más responsable. Ahora mismo, mejorar los salarios no es una necesidad sólo de la clase trabajadora de este país, sino de la economía de este país. Nosotros emplazamos a la patronal a que sea responsable y corresponsable con el futuro del país, y si no, va a haber un proceso de movilización creciente.

¿Qué retos tiene por delante CCOO?

El principal objetivo es ser capaces de organizar a las partes del mundo del trabajo que están en los sectores más precarizados y en esta realidad de empresas que funcionan en red. El sindicato sigue teniendo una presencia importante en el concepto de empresa más o menos clásica, de una cierta dimensión y más o menos homogénea, pero hay un montón de empresas que ahora funcionan en red, en unas cadenas de subcontratación, con nuevos sectores vinculados a la digitalización de la economía. Por tanto, tenemos que mejorar la presencia del sindicato. La gente se sigue afiliando cuando requiere algún tipo de servicio del sindicato. Pero el reto no es que vengan sólo cuando tienen un problema, sino organizar a la gente.