UNED Guadalajara analiza el ciclo de la vida de las mujeres de la nobleza en la Edad Moderna (siglos XV-XVII)
Este viernes, 5 de julio, ha concluido el curso de verano, en la sede de UNED Guadalajara, llamado: ‘El ciclo de la vida de las mujeres de la nobleza en la Edad Moderna (siglos XV-XVII). Tiempos y estados vitales desde el nacimiento hasta la muerte’. Tres jornadas de conferencias, centradas en la posición jurídica de las mujeres nobles de la Edad Moderna con relación a sus circunstancias en función de su condición de solteras, casadas o viudas y las situaciones de control ejercidas sobre ellas derivadas de estos contextos. El curso ha sido dirigido por Esther Alegre Carvajal –Catedrática de Universidad de Historia del Arte. UNED– y coordinado por Valeria Manfré –Profesora Ayudante Doctor. Departamento de Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid–. Alegre Carvajal señaló que la finalidad principal de este curso es “reelaborar la historia sabiendo que dentro de ella están las mujeres”.
Estados civiles: adulterio y tratados de moralidad como mecanismos de control sobre la mujer en la Edad Moderna
La primera jornada, en sesión vespertina, fue iniciada con la ponencia, ‘Esposas adúlteras y pecadoras, que no respetan el sacramento. Castilla, Edad Moderna’, impartida por Margarita Torremocha Hernández –Catedrática de Historia Moderna. Universidad de Valladolid–. La profesora ha destacado que las fuentes procesales nos transmiten “las pautas de la transgresión”. El adulterio masculino ha sido abordado en diferentes textos, incluidos los de corte literario, pero la infidelidad femenina no ha sido abordada con la misma profusión. Desde los tribunales “se articula un discurso” que también “conforma un modelo normativo de mujer”. La época Moderna en sentido jurídico es definida como una etapa de jueces en la que el “arbitrio judicial” tuvo mucho peso. Este delito llegaba a estar penado con la muerte.
Entre en las conclusiones sobre la evolución del adulterio en Castilla durante la Edad Moderna, encontramos que se produce “la mitigación del castigo; el marido pierde capacidad de obrar; el tribunal prefiere el ocultamiento y trabajar para el mantenimiento del sacramento; las denuncias por adulterio son una parte mínima de los adulterios existentes; y se produce un ocultamiento de los delitos contra la familia y la honra familiar".
La segunda conferencia del primer día versó sobre los ‘Estados de Vida de las Mujeres, según los tratados de la Edad Moderna. El Tratado de Juan de la Cerda’ y estuvo a cargo de Natalia González Heras –Profesora Ayudante Doctor. Historia Moderna. Universidad Complutense de Madrid–.
La charla trató sobre la existencia de una larga tradición de tratados morales con la vocación de establecer unos “modelos de mujer dentro de la familia burguesa en torno al concepto de ‘ángel del hogar’ como mujer doméstica”, relataba González Heras. La ponencia se centró en el conjunto de libros que forman ‘Vida política de todos los estados de mujeres: el cual se dan muy provechosos y cristianos documentos y avisos, para criarse y conservarse debidamente las mujeres en sus estados’, (Juan de la Cerda, 1599).
La vida de las beatas y las problemáticas derivadas de la maternidad
El punto de partida de la segunda jornada, en la sesión de mañana, vino de la mano de la ponencia ‘Nobles y adolescentes: las damas protagonistas de las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes’, a cargo de José Ignacio Díez Fernández –Catedrático de Universidad de Literatura Española. Universidad Complutense de Madrid–.
Díez Fernández comenzó su intervención haciendo referencia a la “discutida veracidad” de los retratos de Miguel de Cervantes que conservamos. En ellos la presencia de una “gran frente” connota una atribuida inteligencia.
En las obras de Cervantes “observamos muchas mujeres que no se corresponden con el resto de las que aparecen en otros textos de la época”. La imagen que se traza de las mujeres en las referencias de la Edad Moderna son “misóginas” en relación al halo de independencia de las que se muestran en el trabajo del literato alcalaíno. Son numerosas las lecturas que se han hecho sobre los “heterodoxos orígenes” del autor.
La segunda intervención de la mañana llevó por título ‘Jóvenes nobles que no toman estado. Beatas y dirigidas espirituales de la nobleza: modus vivendi y mecenazgo en instituciones eclesiásticas’, impartida por Macarena Moralejo –Profesora Ayudante Doctor. Departamento de Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid–.
Los conceptos de “beata” o “beguina” hacen referencia a una mujer que “no toma votos religiosos”, por tanto, “no es monja”. Normalmente, “vive con otras mujeres en una comunidad al margen de las estructuras oficiales de la Iglesia católica”. En algunos “beaterios”, o “beguinatos”, “rechazan a la Iglesia por su corrupción y falta de asistencia a las mujeres”. Viven en solitario o constituyen una comunidad de mujeres. Lejos de estar “sometidas a ningún tipo de regla o disciplina son fieles a sí mismas y están alejadas de cualquier tipo de voto que supusiera una represión”. Dedicaban su vida a rezar y trabajar, “pero no dentro de un monasterio, pues no concebían la Iglesia como institución”.
El cierre del ciclo de conferencias de la sesión matutina estuvo regido por Javier Burrieza Sánchez –Profesor Titular de Historia Moderna. Universidad de Valladolid–, con ‘Gobierno de la Ciudad de Dios: la presencia de las monjas nobles en el panorama conventual de la España Moderna’.
La exposición trató sobre el hecho de ser monja en la edad moderna dentro del universo de las órdenes religiosas. Además, ha abordado el retrato de la monja noble: “Ser hija de quien soy en cualquier rincón”, en palabras de María Esperanza de Aragón. También se han contemplado sus funciones de gobierno en los conventos y monasterios y en calidad de reformadoras. Por otro lado, se han abordado casos de nobles, monjas y artistas y aquellas que fueron propuestas como modelos de la santidad.
En sesión de tarde, Silvia Z. Mitchell, –Associate Professor of History. Prude University, Indiana (USA) y URJC–, llevó a cabo una exposición sobre ‘Ser madre y ser reina. La regencia femenina en el ciclo político de las reinas: el caso de Mariana de Austria’.
Mitchell destacó la larga trayectoria política de Mariana de Austria (1634-1696) tanto como reina consorte (1649-1655), como durante la regencia de su hijo Carlos II (1665-1675). Durante su periodo de actividad tuvo que hacer frente a los conflictos con Luis XIV por el territorio español en los Países Bajos o la independencia de Portugal. La profesora ha destacado que Mariana se desempeñó “como una estadista de primera clase”. La relación de la reina con su hijo Carlos tiene una doble vertiente “personal y política”.
María Jesús Fuente Pérez, –Catedrática Historia Medieval. Universidad Carlos III de Madrid–, concluyó el turno de intervenciones con la ponencia ‘Madre hay más que una. Mujeres de la realeza y de la nobleza ante la maternidad. Siglos XV-XVI en los reinos hispánicos’.
El planteamiento de Fuente Pérez fue si las mujeres nobles y las del pueblo se enfrentaban a los mismos problemas a la hora de entender la maternidad. El gran modelo de madre es el de María, “que fue virgen antes, durante y después del parto”. El periodo de la concepción conlleva “problemas físicos y condicionantes ideológicos”, el parto tiene asociado “el riesgo de muerte” y después aparecen los “problemas derivados de la crianza”.
La tarde llegó a su conclusión con una mesa de debate titulada ‘Ciclos de vida femeninos y ejercicio del poder’.
Viudedad, testamento y legado
La tercera jornada inició con la directora del curso Esther Alegre Carvajal –Catedrática Universidad Historia del Arte. UNED–, a través de la conferencia titulada: ‘La viudedad femenina en la Edad Moderna. El controvertido poder de las altas aristócratas’.
La intervención comenzó con la cuestión de si la pérdida del esposo resultó “ser una ventaja”, como recogen algunos estudios con perspectiva de género, o “una debilidad”, en función de cierta literatura moralista, para estas mujeres de la nobleza.
El control masculino “era ejercido por el padre en la condición de hija, soltera o doncella”. Después, “por el esposo en el estado de casada”. Con la viudedad “la potestad masculina va a desaparecer” y de este modo la mujer “podrá ejercer unos roles que hasta el momento le habían sido vedados”.
La segunda ponencia de la mañana estuvo dirigida por Alejandra B. Osorio –Associate Professor of History, Wellesley College, Boston (EE.UU.)–, y ha llevado por título: ‘La muerte, las mujeres y los testamentos: tumbas, genealogías y voz’.
Osorio destacó que “la tumba cristiana se convirtió en un lugar de tránsito en el que el alma residía de manera temporal en búsqueda de la resurrección”. La epidemia de peste negra provoca un horror entre la población europea y genera “demandas e instrucciones explícitas en los testamentos” que están relacionadas “con la ubicación del enterramiento y las posesiones a heredar”. Los bienes materiales se traducen como “un vínculo entre vivos y muertos” y añaden “una extensión de la voluntad de los fallecidos”.
Prepararse para la muerte requería “poner en orden los asuntos de la vida de manera cotidiana y no postergar este acto hasta el momento del fallecimiento”. Buen ejemplo de esto son los textos que componen el ‘Ars moriendi’, que datan del siglo XV.
Por último, las profesoras Esther Alegre Carvajal y Valeria Manfré presidieron la mesa con destino a extraer las conclusiones del curso previas a su clausura.