Unidad frente a la violencia de género
Si esto sigue pasando es porque no es suficiente lo dispuesto, porque es preciso reflexionar sobre cómo se puede seguir avanzando en la lucha.
El repunte de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas, o ex, desde que finalizó el estado de alarma y con ello se recuperó una cierta movilidad y actividad, es significativo. En estas últimas semanas se han incrementado exponencialmente unas cifras que estaban aletargadas por la crisis sanitaria, pero que demuestran que la lacra sigue activa y también tiene a los hijos como víctimas- siempre de una manera indirecta- pero a veces recibiendo maltrato e incluso la muerte como el trágico suceso de las niñas de Tenerife que a todos nos han puesto la carne de gallina. Anna y Olivia han perdido el valor más preciado- la vida- en un plan perverso, planificado y ejecutado por su propio padre (o todo así lo apunta) para hacer el más terrible de los daños a la madre, perder a sus pequeñas, en una tipología delictiva conocida como violencia vicaria, y que es el mayor de los horrores. Crimen abominable como el de Nicoleta Clara en Alovera y el de todas las muchas mujeres, niños y niñas, que evidencia que la sociedad pese a los avances legislativos y los recursos con que cuenta para dar servicio y protección a la violencia machista no ha conseguido doblegar la curva de la barbarie, del sin sentido de esta violencia, siempre injustificada, contra el eslabón más débil de cada familia. Concentraciones en toda España este fin de semana, también en nuestra región y provincia, manifiestan una vez más- y es necesario hacerlo- el rechazo, la rabia, el dolor de una sociedad libre, igualitaria, moderna, avanzada, que quiere vivir en paz, que no se agreda ni física ni psíquicamente a nadie, en la que como Estado de Derecho los conflictos se diriman al amparo de leyes justas en los correspondientes órganos judiciales. Si esto sigue pasando es porque no es suficiente lo dispuesto, porque es preciso reflexionar sobre cómo se puede seguir avanzando en la lucha. Hoy, nuestros políticos, como representantes de la ciudadanía, llaman a la unidad de instituciones, de formaciones políticas, del conjunto de la sociedad para poner freno juntos a este horror.