Universidades

22/12/2017 - 22:00 Jesús de Andrés

Estos días han sido noticia las movilizaciones en la UCLM a cuenta del presupuesto que está a punto de aprobarse.

La generalización del modelo autonómico, el famoso “café para todos”, trajo consigo la demanda por parte de las recién creadas Comunidades Autónomas de todas aquellas instituciones, infraestructuras, competencias y servicios que fueran capaces de absorber. Nadie se paró a considerar qué era necesario para cada cual y mucho menos qué era conveniente para la totalidad. Hasta que la crisis –la Gran Recesión– no ha traído consigo una obligada contención, en España se pedía por principio. No sólo en los años de bonanza económica todo el mundo quería junto a su casa un aeropuerto, una estación del AVE, un llamativo museo de arte contemporáneo o un macropalacio de congresos. Ya en los albores del Estado autonómico no hubo Comunidad que no anhelara –y casi siempre consiguiera, sin importar las duplicidades– su Defensor del Pueblo, su tribunal de cuentas, su ristra de empresas públicas y, por supuesto, su rosario de universidades. Así, en Andalucía –por poner un ejemplo– hay hoy en día 10 universidades públicas. Y en España, aunque no coinciden exactamente unas y otras, tantas universidades como provincias. Cincuenta exactamente.
     En el caso de Castilla-La Mancha, una comunidad tardía, hecha con los retales que el mapa autonómico iba dejando, se optó por el modelo vasco: una única universidad pero con campus en todas las provincias. Afortunadamente, Guadalajara quedó fuera y nuestros alumnos mantuvieron su vínculo natural, la Universidad de Alcalá. Nos podía haber tocado, como para tantas cosas, peregrinar a provincias lejanas (no olvidemos que Guadalajara limita con 6 provincias y sólo una es castellanomanchega), pero por una vez los dioses se apiadaron de nosotros. Castilla-La Mancha aprobó en 1985 la creación de la UCLM, diseminada en 4 campus y 2 sedes. Alcalá, por su parte, desdobló su campus al abrir otro en Guadalajara y asentó su presencia en la provincia. A una y otra hay que añadir como universidad local a la UNED –cuya presencia en la Comunidad Autónoma es anterior a la existencia de ambas– que cuenta con 5 Centros Asociados que atienden a más de 10.000 alumnos.
    Estos días han sido noticia las movilizaciones en la UCLM a cuenta del presupuesto que está a punto de aprobarse. A los 140 millones de euros con que Castilla-La Mancha la financia, se pedían 20 más de incremento. Si esos 160 se dividen entre las cuatro provincias beneficiadas da un resultado de 40 millones por provincia, valga el redondeo. Pues bien, las universidades con presencia en Guadalajara reciben 9,1 millones en el caso de Alcalá (unos 2.500 euros por alumno) y 0,5 en el de la UNED (unos 50 euros por alumno). Una vez más, Guadalajara se ve perjudicada. Decía hace poco una vicerrectora de la UCLM que su universidad tenía un valor añadido que justificaba el incremento de su subvención: la creación de “identidad regional”. No puedo estar más en desacuerdo. Las universidades están para crear riqueza (económica, cultural y social), no para formar identidades. Al menos no con el dinero de todos.