Universo Thanos

30/04/2018 - 18:25 J. Pastrana

La última película de los Vengadores es exactamente lo que se supone que debe ser. Por eso no tiene sentido hacer una crítica para indecisos. Si usted es un fan de los superhérores, irá a verla. Si le escama la gente con mallas, no se dejará convencer. Los hermanos Russo han llevado al límite los motivos por los que unos odian y otros aman el universo cinematográfico Marvel. Así que, advierto, aunque mi intención no es la de hacer spoiler, no garantizo la completa seguridad de este artículo.

¿Recuerdan la primera película de los Vengadores? Marvel había estado preparando el terreno durante años para la primera gran unión de superhéroes. Y la jugada fue un éxito. Tanto, que desde DC empezaron a echar sus cuentas. Espoleado por el éxito del Batman de Christopher Nolan, pensaron en hacer algo más oscuro y, por extensión, maduro. Desde entonces han ido pegando patinazos mientras que en Marvel, la compañía aparentemente ligera, se iban dejando caer ideas arriesgadas en sus películas, sobre todo cuando los Russo se ponían al volante.

Los hermanos Russo son los autores de las tres películas más arriesgadas de Marvel. La primera, Capitán América: Soldado de Invierno, lanza un duro discurso sobre la falta de credibilidad de las instituciones, con Hydra infiltrada hasta el tuétano en el Gobierno de EE UU. Después llegaría Civil War, un ensayo para lo que sería esta Infinity War, con multitud de superhéroes sobre el tablero. Sin embargo, lo más llamativo en este caso era la ausencia de un villano de peso. La película se centraba en la lucha entre Iron Man y Capitán América por motivos morales. Lejos de dar una resolución fácil, la película dejaba un amargo sabor de boca y una interesante reflexión sobre el bien, el mal y cómo los percibimos dependiendo de nuestras circunstancias. Y así llegamos hasta Infinity War, la gran reunión de superhéroes en la que ninguno de ellos es el protagonista. Ese honor se reserva para el malo de la película: Thanos.

No era fácil abordar el personaje de Thanos. Podían haberle guardado como ese ser inalcanzable que mueve los hilos desde las sombas, como un Dios, pero los Russo han optado por acercarse mucho más él. Si en el cómic Thanos es el titán loco que comete genocidios para complecer a su amada, La Muerte, en el cine se ha optado por darle una misión más pragmática: alcanzar el equilibrio de población aniquilando a la mitad de los habitantes del universo. Es una motivación difícil de explicar en el plano lógico, sobre todo a escala universal donde si algo sobra son planetas, pero que ha sido utilizada en más de una ocasión en el mundo del cine y la televisión, y aquí me viene a la mente la malograda serie Utopía. Pero si bien es cierto que la lógica no es perfecta, sería injusto no reconocer que emocionalmente el personaje está dibujado con precisión. Una vez más, los Russo humanizan a su villano dotándole de intenciones que cualquiera podemos comprender y compartir, como también ocurría con Zemo en Civil War. Si Infinity War funciona es porque al final el espectador termina creyéndose a Thanos, no poniéndose de su parte, pero si aceptándole como un personaje real y no sólo como un ser hecho por ordenador que fácilmente podía haber caído en el ridículo. 

Y en el otro lado de la balanza están los héroes: Vengadores, Guardianes de la Galaxia, Doctor Extraño, Pantera Negra, Spiderman... Muchos, tantos que incluso se podía caer en la tentación de recurrir a ellos sólo para acumular rostros sin sentido. Sin embargo, los Russo vuelven a hacer algo que ya lograron con éxito en Civil War, usar personajes sólo cuando son necesarios. Los directores y sus guionistas saben que la audiencia ya conoce a estos héroes y que por eso mismo no hace falta presentarlos ni profundizar en ellos, porque el espectador ya les quiere. Probablemente habrán forzado la historia para dar más protagonismo a unos que a otros, pero lo han hecho con naturalidad, mezclando incluso el espíritu de cada franquicia, la frescura de Spidey, el humor de los Guardianes, el misticismo de Dotor Extraño, la épica del Capitán América y la recién adquirida autoparodia light de Thor. 

En cuanto a la película, por mucho que hayan dicho los directores, es imposible no entenderla como parte de una saga que, por fortuna, ha decidido romper con las reglas de las tres películas, por lo que terminará en 2019 con su segunda entrega. Infinity War es una constante carrera hacia adelante, una sucesión de combates, bromas y alguna escenas dramáticas tan bien equilibradas que sus 150 minutos sólo se les harán largos a las vejigas más estrechas, como la de un servidor. Su final bien podría compararse con el del Imperio Contrataca, un baño de pesimismo (advertí de los SPOILERS) en el que, sin embargo, se intuye la posibilidad de un final milagrosamente feliz con la próxima entrega. La pregunta es: ¿cómo de feliz será? Está claro que ahora mismo el nivel de la tragedia está demasiado alto, pero el universo Marvel necesita que esta Guerra Infinita acabe con lágrimas en los ojos y alguna despedida. Veremos, pero con los Russo a los mandos, podemos esperar un caramelo aparentemente dulce, aunque a lo mejor amargue un poquito al final. Antes de eso, sin embargo, habrá que conocer a la Capitana Marvel y reencontrarse con el Hombre Hormiga, dos piezas que prometen jugar un papel destacado en esa solución final que muchos ya esperamos con impaciencia. 

Vengadores: Infinity War

    Director: Anthony Russo, Joe Russo.
    Reparto: Robert Downey Jr.,  Chris Hemsworth,  Benedict Cumberbatch,  Chris Evans, Mark Ruffalo,  Scarlett Johansson,  Chris Pratt,  Tom Holland,  Josh Brolin.
    Guión: Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Jack Kirby, Jim Starlin)
    País: EE UU (2018).