La paella solidaria de Doñoro llega a más de 1.500 personas

La inauguración del nuevo establecimiento de Doñoro en Guadalajara capital desató una ola de solidaridad la mañana del sábado. Sus propietarios invitaron a todos los que se acercaron hasta el Bulevar de Entrepeñas a una deliciosa paella acompañada por agua o limonada, con la única condición de que donasen un euro para una buena causa. Esa era la idea pero, como reconoce el propio Eusebio Doñoro, el alma de este negocio que lleva 20 años en pie, la previsión se quedó corta. “Ha ido todo mejor de lo que esperaba”. De hecho, aseguró que “se nos ha ido un poco de las manos, pues hemos tenido que hacer otra paellera más teniendo en cuenta que hay una cola enorme de gente esperando”, señalaba mientras echaba el arroz suficiente para otras 400 raciones de paella. Con esto, en total se sirvieron cerca de 1.500 platos. Esto fue posible gracias al trabajo incansable de una decena de personas, entre las que cocinaron este tradicional plato de la gastronomía española, y las que servían las raciones.

Eusebio Doñoro había preparado gran parte de los ingredientes durante la jornada anterior a la paella solidaria, y el mismo sábado, a las 10.00 horas, comenzaron a elaborarla en las paelleras que instalaron en el centro del bulevar. De esta forma, a las 14.15 horas se empezaron a servir los primeros platos, aunque poco a poco el número de comensales solidarios a esta jornada de fiesta se fue multiplicando hasta hacerse necesario realizar una paella adicional. Y dado que se acabaron los tickets que vendió Doñoro al precio de un euro, se pidió a los vecinos que esperaban en la cola que entregasen esta simbólica cantidad al recoger su plato. Previamente a que se llenaran los primeros platos, el vicario de la iglesia de Santa María bendijo las nuevas instalaciones, dando el pistoletazo de salida a la multitudinaria comida. Eusebio Doñoro recordó que todo el dinero recaudado se entregará, a través de Cáritas, a los refugiados sirios. Sobre la inauguración del nuevo local, apuntó que les avalan 20 años de experiencia y que esta apertura responde más al futuro de su familia que al suyo propio. Además, la paella solidaria sirvió también para agradecer la confianza de sus clientes de toda la vida y dar la bienvenida a los nuevos. “Han asistido muchos clientes de la otra tienda, aunque no tengo tiempo ni de levantar la cabeza de la paellera”, reconocía. La temperatura agradable que reinó durante toda la mañana contribuyó al buen ambiente de la paella solidaria, que estuvo amenizada por música y regalos para niños.