Construcciones Ruiz Pavón, los mejores profesionales en obras y reformas
Fadeta permite la adquisición de una máquina telescópica que permite subir en altura diversos materiales
“Ayudas de gran importancia”. Así calificaba el gerente de Construcciones Ruiz Pavón, Cecilio Ruiz Pavón, las subvenciones que los grupos de Desarrollo Rural como Fadeta conceden a proyectos de emprendedores.
Esta pequeña constructora -que cuenta con un puñado de trabajadores en plantilla- ha conseguido que la Federación de Asociaciones para El Desarrollo Territorial Del Tajo-Tajuña les haya concedido una cuantía que asciende a 30.000 euros para la adquisición de una máquina telescópica, que sirve “para subir en altura diversos materiales”, detalla su gerente; cantidad que supone en torno a un 40 por ciento del total de la inversión.
“Son ayudas que vienen fenomenal y que mucha gente que las recibe si no las tuviera a lo mejor no podría salir adelante; ya que no es lo mismo hacer una reforma y que te den algo a que todo lo tengas que aportar tú”, valora Cecilio con sumo agradecimiento; añadiendo que “obviamente nosotros tuvimos que adquirir una serie de compromisos pero si no fuera por Fadeta hubiera sido complicado hacerse con ella debido a su elevado coste”. Esta máquina telescópica, que cuenta con hasta 13 metros de alcance, permite ampliar el tipo de obras que la empresa puede acometer, facilitando los trabajos y evitando la instalación, por ejemplo, de andamios.
Desde su adquisición, el pasado verano, esta herramienta está siendo de gran utilidad; especialmente, en pequeños pueblos donde suelen trabajar, en estrechas calles como las de Alocén, Pareja o Chillarón. “Esta máquina tiene una cesta para poder pintar, reparar una fachada o para poner un canalón nuevo”, observa Cecilio; en alusión a la plataforma elevadora. “También se puede emplear para la carga de restos como escombros o arena”, pone de manifiesto el constructor; gracias a una pala que puede utilizarse a modo de “excavadora”.
Construcciones Ruiz Pavón, que cuenta con una larga trayectoria a sus espaldas de casi un cuarto de siglo en el sector, se dedica fundamentalmente a obras y reformas en chalets, viviendas unifamiliares y las de los pueblos “en las que la gente tiene un terreno y te pide que les hagas una casa; muchas son parejas de aquí del pueblo o de otros sitios”, comenta Cecilio; trabajos que llevan a cabo principamente en los aledaños del pantano de Entrepeñas, incluidas urbanizaciones como la de Las Anclas.
El constructor afirma que la demanda ha cambiado de forma notable en los últimos tiempos. “No sé si es por la pandemia pero cada vez hay más gente tendiendo a ir a las zonas rurales”, señala, poniendo de manifiesto que “siempre hay trabajo; si eres formal y cumples, no te suele faltar”. Apela a la seriedad y profesionalidad de la que, en su opinión, se debería hacer gala en su sector. Comenta que “es verdad que ahora se están arreglando más casas; hay muchas familias que no habían venido nunca, que no tienen ninguna vinculación con el pueblo pero están buscando casa por aquí”, provenientes de localidades más grandes como Madrid, Torrejón o Alcalá de Henares.
El boca a boca
El perfil de sus clientes responde fundamentalmente a un espectro muy variado. “Unos son de aquí, otros son hijos que se han independizado y gente nueva que se ha comprado una parcela que les gusta y han encargado la reforma”, detalla. Eso sí, todos o casi todos, con un denominador común: el boca a boca. “Cuando llevas trabajando 20 años en una zona, afortunadamente, no necesitas mucha publicidad”.
La normativa municipal condiciona los exteriores de las fachadas de las viviendas, “los ayuntamientos tienen sus normas, como el mantener la piedra o los aleros de madera”, pero los interiores de los hogares sí son un reflejo cada vez más de las nuevas tendencias en la construcción. “Por ejemplo, ahora se llevan más los grandes ventanales, que dejen pasar más luz y claridad”, valora Cecilio. “Los gustos van siendo distintos, se buscan cosas más modernas aunque por fuera las casas sean de estilo rústico”.
Los acabados son fundamentales a la hora de tomar en consideración una obra pero, igualmente importantes son los materiales empleados, que también cambian con el paso de los años, tal y como reconoce el constructor. “El pladur, por ejemplo, hace 30 años no existía”, aduce. “Hay otros materiales que van desapareciendo como la escayola. Algunos se dejan de fabricar porque no hay tanta demanda y otros se ponen más, como el propio pladur”, valora.
Por lo general, la mayoría de los clientes prefiere primar la calidad de los materiales empleados sobre su bolsillo. “La gente intenta que le hagas las cosas lo mejor posible al mejor precio”, comenta Cecilio con una sonrisa pero asegura que “sí, normalmente quieren cosas duraderas”.