Adam Sandler: Los árabes han prohibido la película, pero no lo entiendo, es un canto a la paz
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Entre bromas y más bromas, Adam Sandler interpreta en Zohan. Licencia para peinar, a un superhéroe israelí. Es un hombre que está cansado de pelear contra los palestinos y escapa a los Estados Unidos para cumplir su gran sueño: trabajar en una peluquería. Demostrando una virilidad a prueba de bomba, Zohan atiende en el local y fuera de él- a toda mujer madura que se pone a tiro. Además, le da igual que sea guapa o fea, casada, soltera o viuda, todas tienen su momento con el protagonista.
El actor aprovecha cualquier escena para hacer chistes sobre los árabes, incluyendo burlas sobre el supuesto antisemitismo de Mel Gibson. En Los Ángeles, en el hotel Four Season, tuvimos oportunidad de entrevistar a un actor cuyo trabajo ha despertado malestar en los países de Oriente Medio.
En la película incluye muchas referencias judías y símbolos religiosos.
El humor es inherente al judaísmo. Crecí en una casa donde todo el mundo disfruta con el humor. Tengo muchos amigos que son judíos y muy divertidos. Utilizamos nuestra cultura como fuente de inspiración.
Durante los primeros 20 minutos, las escenas de Tel-Aviv proyectan una imagen muy particular de la ciudad.
Fueron las secuencias que más disfruté. Quería que la ciudad se viera viva, divertida, soleada. El director, Dennis Dugan, ha hecho una película maravillosa. A Dugan le encanta gastar bromas a todos los actores. Es un placer trabajar con él. En Israel la película es un éxito, pero en los países árabes está prohibida. Les ha molestado. Aunque no lo entiendo. Al final queda claro que lo mejor para todos sería vivir sin violencia. Es un canto a la paz.
¿Por qué, entonces, cree que la han prohibido?
No lo sé. En Israel está siendo un éxito. Todos mis amigos me han llamado para decirme que los cines están abarrotados.
Su humor peca en ocasiones de ofensivo.
Sí, pero no es algo que yo vaya buscando con esa intención. En algunas escenas el público calla en vez de reírse. Eso quiere decir que has ido demasiado lejos, que has podido meter la pata. No lo hicimos con mala fe. Los guiones están muy pensados. No queremos defraudar al público. Y digo más: si alguien se me acerca diciéndome que se ofendió por algo que hice o dije, lo escucho y me disculpo.
Llevaba pensando en hacer esta película desde hace una década.
Cuando era adolescente oía historias sobre el ejército de Israel en un país rodeado por países que quieren que desaparezca. Ser un jovencito judío me llenaba de orgullo. Me pareció muy divertida la idea de un soldado israelí guerrero, pero sin ningún tipo de miedo. Un soldado que escondiera un secreto, el sueño de hacer algo diferente. Siempre que hablaba de este proyecto imaginaba a Charles Bronson en Death Wish.
En la película incluye muchas referencias judías y símbolos religiosos.
El humor es inherente al judaísmo. Crecí en una casa donde todo el mundo disfruta con el humor. Tengo muchos amigos que son judíos y muy divertidos. Utilizamos nuestra cultura como fuente de inspiración.
Durante los primeros 20 minutos, las escenas de Tel-Aviv proyectan una imagen muy particular de la ciudad.
Fueron las secuencias que más disfruté. Quería que la ciudad se viera viva, divertida, soleada. El director, Dennis Dugan, ha hecho una película maravillosa. A Dugan le encanta gastar bromas a todos los actores. Es un placer trabajar con él. En Israel la película es un éxito, pero en los países árabes está prohibida. Les ha molestado. Aunque no lo entiendo. Al final queda claro que lo mejor para todos sería vivir sin violencia. Es un canto a la paz.
¿Por qué, entonces, cree que la han prohibido?
No lo sé. En Israel está siendo un éxito. Todos mis amigos me han llamado para decirme que los cines están abarrotados.
Su humor peca en ocasiones de ofensivo.
Sí, pero no es algo que yo vaya buscando con esa intención. En algunas escenas el público calla en vez de reírse. Eso quiere decir que has ido demasiado lejos, que has podido meter la pata. No lo hicimos con mala fe. Los guiones están muy pensados. No queremos defraudar al público. Y digo más: si alguien se me acerca diciéndome que se ofendió por algo que hice o dije, lo escucho y me disculpo.
Llevaba pensando en hacer esta película desde hace una década.
Cuando era adolescente oía historias sobre el ejército de Israel en un país rodeado por países que quieren que desaparezca. Ser un jovencito judío me llenaba de orgullo. Me pareció muy divertida la idea de un soldado israelí guerrero, pero sin ningún tipo de miedo. Un soldado que escondiera un secreto, el sueño de hacer algo diferente. Siempre que hablaba de este proyecto imaginaba a Charles Bronson en Death Wish.