Adicción a Internet, ¿mito o realidad?

28/10/2010 - 13:51 E.P.

El psiquiatra estadounidense Ivan Goldberg fue el primero en referirse a la adicción a internet en 1995, cuando publicó una lista de síntomas asociados a la enfermedad en el portal Psycom.net. Posteriormente, creó un grupo de soporte para los enfermos con el tipo de trastorno referido.

Aunque tan sólo se trataba de una broma, fue difundida con visos de verdad en diversas regiones del mundo. Sin embargo, lo que otrora fue considerado como una simple chanza, se ha convertido en objeto de debate de la comunidad médica.

Un grupo de psiquiatras aboga por su aceptación como una nueva vertiente de las adicciones. Otros, por su parte, prefieren definir el tipo de comportamiento como un uso problemático o compulsivo de la red.

Un tercer foco de opinión define el problema como un trastorno de control de los impulsos, similar a la cleptomanía (propensión morbosa al hurto), la tricotilomanía (tendencia a halarse los cabellos de forma repetitiva) o el juego patológico.

"La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psiquiatría se muestran reticentes a incluir la adicción a internet en sus respectivos manuales (el International Classification of Diseases 11 th Edition y el Diagnostic and Statistical Manual V Edition) como una enfermedad independiente debido a la falta de evidencias. No obstante, en la práctica atendemos numerosos casos de individuos aquejados por dicha patología", manifiesta Jorge Aldas Gracia, psiquiatra especialista en adicciones.

El doctor Álvaro Franco concuerda con Aldas: "El tipo de conducta referido puede ser considerado como una adicción psicológica. Los individuos experimentan un alto grado de placer mientras desarrollan actividades en Internet. Asimismo, manifiestan el síndrome de la abstinencia. Es decir, se sienten mal si dejan de permanecer conectados por un tiempo. Ello supone graves consecuencias para su vida personal, familiar y laboral. Cada semana recibo un paciente con un cuadro diagnóstico como el expuesto".

En contraposición a Álvaro Franco y Jorge Aldas, la doctora Sandra Piñeros es más cautelosa al clasificar la enfermedad: "Es arriesgado plantear el uso problemático de Internet como una patología independiente o una adicción per se. Deben llevarse a cabo estudios rigurosos cuyos resultados nos permitan determinan un grupo de síntomas particulares de la enfermedad".

Síntomas, tratamiento y factores de riesgo
El acceso reiterado a internet puede encontrase asociado a otras patologías como el trastorno obsesivo-compulsivo o la maniaco-depresión. En caso de sufrir la primera enfermedad, tenderá a utilizar el medio de comunicación de forma inadecuada, producto de su obsesión por alcanzar una meta. Por ejemplo: obtener un mayor puntaje en un videojuego.

Los individuos aquejados por el trastorno bipolar (maníaco-depresivo) se inclinarán a emplear internet de forma compulsiva durante sus fases maniacas. En los periodos referidos, el paciente no descansará hasta concluir una tarea. Podría incluso permanecer varios días sin dormir en aras de alcanzar un objetivo específico. No existe un consenso teórico.

Sandra Piñeros, Jorge Aldas y Álvaro Franco concuerdan en que el mejor tratamiento es la psicoterapia. Las soluciones brindadas por los psiquiatras entrevistados al uso inadecuado de internet son las siguientes: a) Limitar el tiempo de uso del medio de comunicación. b) Favorecer otros comportamientos placenteros. c) Fomentar el uso adecuado del tiempo libre. d) Reestablecer prioridades y jerarquías. e) Suministrar medicamentos en caso de que la conducta se encuentre relacionada con otros trastornos. f) Generar seguridad y recuperar la autoestima de las personas afectadas.

La población vulnerable suele caracterizarse por un alto tiempo de exposición a Internet. Los adolescentes y universitarios son los más propensos a generar una dependencia con respecto al medio de comunicación referido. Los desempleados también tienden a desarrollar un comportamiento inadecuado. Además, los individuos con problemas para socializarse (tímidos), encuentran en Internet un camino para establecer relaciones de forma desinhibida.