Aitana Sánchez-Gijón y Maribel Verdú se enfrentan en el escenario

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Un reparto de lujo para una obra de postín. El nuevo montaje de Yasmina Reza reúne a dos fieras de la interpretación, Aitana Sánchez-Gijón y Maribel Verdú, en una comedia en la que la crueldad y la competitividad juegan un papel destacado. Si en ‘Arte’, también de la autora francesa, el desencadenante de una gran disputa era la compra de un cuadro, en ‘Un Dios salvaje’, una pelea entre niños da lugar a un verdadero caos.
Maribel Verdú, Aitana Sánchez-Gijón, Pere Ponce y Antonio Molero están listos para la pelea entre parejas de Un dios salvaje, obra de la escritora y dramaturga francesa Yasmina Reza, dirigida por Tamzin Townsend, que se estrena el próximo 7 de octubre (con ensayos abiertos a partir del próximo día 3) en el Teatro Alcázar de Madrid.
El espectáculo cuenta la historia de dos parejas que se reúnen después de que el hijo de una de ellas, de nueve años, golpee al de la otra en un parque. Lo que empieza como un encuentro de conciliación, tolerancia y comprensión termina en un enfrentamiento abierto que desafía cualquier acuerdo cívico, revelando el “dios salvaje” dentro de cada personaje.
“Es muy cruel. Pero es una comedia”, recordó Townsend, “una comedia negra e inteligente”, subrayó. “Las peleas son como un partido de tenis o un torneo de dobles, con un lenguaje fino y elegante”, añadió Ponce, que da vida a Alain, el marido de Annette (Verdú), una mujer “aparentemente sumisa, pero que acaba sacando sus demonios, sus bajos instintos y su miseria” a lo largo de la función, según describió su intérprete.
El ‘ring’ se completa con Verónica (Sánchez-Gijón), “una mujer muy comprometida con lo social, que se considera moralmente superior, pero que destila veneno” y Michel (Molero), el “lado práctico” de esta pareja, según los describieron los actores. “Esta gente es capaz de todo y mucho más”, bromeó Verdú.

Funciones en París y Londres
La idea de adaptar la obra de Reza nació después de que Verdú viera en París la función francesa el pasado enero, dirigida por la propia autora y protagonizada por Isabelle Huppert. “Llamé a Tamzin, a Antonio y a Aitana, que, por su parte, habló con Pere”, reveló Verdú. Enseguida Townsend vio en marzo la versión inglesa del espectáculo, que contaba con Ralph Fiennes en el reparto.
La versión española, de Jordi Galcerán, “es muy respetuosa y mantiene el estilo rápido y directo de Reza”, aseguró la directora. “Hay dos o tres cambios pequeños, relacionados con elementos culturales de España”, añadió Sánchez-Gijón.
En todas las versiones, de acuerdo con Townsend, la escenografía (que en España estuvo a cargo de Ana Garay) mezcla elementos “muy realistas”, como muebles y objetos, a otros más abstractos, como la pared del fundo. “Es una recomendación de Yasmina en la primera página del texto”, explicó la directora, que cree que la dramaturga francesa es como “un Molière de ahora”, por su habilidad en retratar la comedia y la tragedia de los días actuales.

Teatro por cine
Preguntada por qué decidió volver al teatro justo en su mejor momento en el cine, Verdú contestó que no le apetece volver al teatro “cuando no tenga nada que hacer”. “El teatro me encanta desde siempre. Desde que empecé, con 14 años, lo hago. Volver a él cuando no se está haciendo nada es maltratarlo”, explicó. “Y también me parece bien regalar tu buen momento al público; es cuando la gente quiere vernos a nosotros”, matizó.
Verdú destacó que todos en el reparto también están viviendo un “auge”. Aitana, que comparte escenario con Mario Vargas Llosa en ‘Las mil noches y una noche’, reveló que “ningún medio hace más actriz que otro. Cine y teatro sólo tienen lenguajes distintos”.