Albert Pla rompió moldes con su último espectáculo ‘La diferencia’

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
El cartel de no hay billetes colgado desde hace días en la taquilla del teatro Moderno en la capital auspiciaba el gran éxito de un nuevo espectáculo en la ciudad. Sobre las tablas, todo un maestro, Albert Pla, quien presentó ante el público guadalajareño su nueva puesta en escena, La diferencia, con la que se atreve a enfrentarse a cualquier público de turno metido en una jaula y con la única compañía de una guitarra eléctrica, instrumento esencial para el desarrollo de un montaje a caballo entre el teatro y una música cuyas letras son la clave esencial de un propuesta que, sin duda, marcó la diferencia respecto a otras de tinte más convencional.
Ataviado con ropajes de juglar y sin grandes florituras, más que unas pocas de luces y un amplificador sobre el que ejerció el control el propio Pla, el indescriptible personaje dio rienda suelta a sus peculiares dotes interpretativas con la entonación de unas canciones que, como él mismo avanza en su espectáculo, narran historias trágicas y delirantes, cotidianas y sorprendentes, delicadas y brutales, crudas y surreales en las que el verdugo también es la víctima, la calma se transforma en tormenta, la comedia convive con la tragedia y la serenidad desemboca en el desenfreno. “Todo para evidenciar la estrecha línea que separa el bien del mal, el blanco del negro, el positivo del negativo y preguntarse dónde está la diferencia”.
Canciones originales, rompedoras, irónicas, cargadas de humor negro y ternura, como no podía ser menos en la línea artística de Pla, que no fueron más que la escenificación o recreación de su último disco, que con el mismo título que el del espectáculo –y para el que ha contado con la colaboración de sus amigos de siempre Quimi Portet y Tino di Geraldo, además de otros nuevos como Diego Cortés y Pascal Comelade–, lleva de gira desde el pasado mes de junio por aquellos auditorios a los que no le ha dado miedo a ofertar algo diferente sobre su escenario, para más señas innovador; un temor que tampoco estuvo presente en las cerca de 300 personas que ocuparon entusiastas el patio de butacas del teatro, espectadores a los que no les quedó otro remedio que dejarse sorprender y ponerse ante los pies de este polifacético catalán que vuelve con más fuerza que nunca a pisar el escenario y, previsiblemente, por algún tiempo.

Se cerró el telón
A la salida de este único espectáculo todo fueron flores para el artista. Un éxito que se hizo extensible a la Consejería de Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía de Castilla La-Mancha, que se apuntaba en la noche de ayer el primer tanto en su programación Escenarios de primavera de la Red de Teatros de Castilla-La Mancha en su querido teatro Moderno, que en el día de ayer se quedó pequeño para tan magno acontecimiento.