Alovera muestra documentos sobre deudas y embargos en el siglo XVIII
06/02/2012 - 13:12
En este mes nuestros vecinos podrán conocer documentos del siglo XVIII que nos hablan de deudas y embargos y aunque nos recuerdan el contexto de crisis que actualmente sufrimos, también nos enseñan que a lo largo de la historia hemos podido ir superando las dificultades económicas. La muestra documental permanecerá en el vestíbulo de la Casa Consistorial, a partir del día 3 de febrero y durante todo el mes, para que nuestros vecinos puedan asomarse a través de la vitrina, como si de una ventana se tratara, al Archivo municipal y contemplar el valioso patrimonio documental que custodia.
A lo largo de la historia nuestro país ha pasado por muchas dificultades económicas. Recordamos como en el año 1626 en un contexto de grave situación económica y social que sufrió Europa y especialmente nuestro país, el Rey Felipe IV vendió a importantes familias nobiliarias, una gran parte de villas castellanas, que pasaron a someterse a la jurisdicción señorial durante más de dos siglos. Alovera no es ajena a este hecho y fue objeto de una venta a la marquesa de Villahermosa que pagó 15.000 maravedís por cada uno de los 170 vecinos que tenía entonces la villa.
Los documentos que exponemos este mes tratan de deudas y embargos ocurridos en Alovera en la segunda mitad del siglo XVIII, y nos cuentan al fin y al cabo historias de personas que sufren. La mayoría de los documentos expuestos en esta vitrina son expedientes judiciales del Alcalde que se custodian en el Archivo Municipal. Esta serie documental es fruto de las atribuciones judiciales de los alcaldes ordinarios. El origen de estas competencias civiles y criminales se remonta a la Edad Media, y se sitúan dentro de los primeros escalones de la administración de justicia, que heredan posteriormente a mitad del siglo XIX los juzgados municipales.
Entre los documentos expuestos destaca el auto de oficio para el embargo de bienes de Francisco Arias por impago del arrendamiento de las tiendas de abacería y mercería.
Francisco Arias, natural de Galicia, obtiene la vecindad en nuestro municipio en 1793 según consta en un documento conservado en el archivo. Pocos años más tarde resulta adjudicatario de las tiendas de abacería y mercería, dos de los establecimientos públicos que junto con la carnicería, taberna y mesón, arrendaba el Concejo y con los que obtenía ingresos para hacer frente al pago de los impuestos reales (alcabalas, millones, servicio real etc ) así como al pago de la renta que percibía el marqués de Alovera en razón del señorío de la villa. El arrendamiento de estos puestos se realizaba anualmente mediante postura, adjudicándose a la mejor oferta.
Nuestro protagonista Francisco Arias no paga el arrendamiento de dichas tiendas por un importe de 397 reales y medio. Se procede al embargo de sus bienes, mediante este documento.
Se le embargan los siguientes bienes: mesa chica de pino, dos taburetes un arca vieja mediana unos calzones de paño de la Olmeda nuevos y un quarterón de azafrán seco y enjuto metido en un puchero viejo .No olvidemos que los calzones nuevos de paño bueno de la Olmeda y sobre todo el azafrán, aunque estuviera seco y enjuto, eran casi artículos de lujo, en esta época.
Otro documento expuesto de gran interés es el que une nuestro municipio con un importante personaje del siglo XVIII, Presidente del Consejo de Castilla, político, jurisconsulto, historiador, economista y ministro de Hacienda de Carlos III, Don Pedro Rodríguez de Campomanes (primer Conde de Campomanes).
Parece ser que este personaje compró en 1773, en nuestro municipio cebada para sus caballerías y a través de su representante adelantó a Francisco Blanco la cantidad de 625 reales como pago de 25 fanegas de cebada a razón de 25 reales cada fanega. Sin embargo el vendedor no cumplió el trato y cuando Juan de la Riba viene a Alovera a recoger la mercancía para su representado, se encuentra con que ha sido vendida nuevamente a otro comprador y no puede disponer de la cebada. Por ello Pedro Rodríguez de Campomanes reclama ante los alcaldes mayores, la devolución del pago que hizo por adelantado y el embargo de bienes de Francisco Blanco. Nuestro vecino no era muy solvente en estos momentos ya que en el Archivo municipal encontramos otros expedientes judiciales en los años 1764 y 1766 en los que Juan Rodríguez de Chiloeches y el Real Convento de Santa Clara le requieren el pago de unas deudas entre las que destaca el impago del arrendamiento de unas tierras. Estos documentos también podemos contemplarlos en la vitrina, uno de ellos abierto por una página que contiene un precioso sello del escribano que redacta el documento bajo la frase característica en testimonio de verdad.
Todos estos documentos nos muestran dificultades económicas serias pero no hemos de olvidar que nuestro municipio, como otros de su entorno ha pasado por crisis económicas, deudas, enfermedades, riadas, guerras de las que ha salido adelante e incluso ha vivido épocas florecientes y de bienestar enclavada en la vega del Henares (Nares en los documentos antiguos) una zona estratégica y productiva.
A lo largo de la historia nuestro país ha pasado por muchas dificultades económicas. Recordamos como en el año 1626 en un contexto de grave situación económica y social que sufrió Europa y especialmente nuestro país, el Rey Felipe IV vendió a importantes familias nobiliarias, una gran parte de villas castellanas, que pasaron a someterse a la jurisdicción señorial durante más de dos siglos. Alovera no es ajena a este hecho y fue objeto de una venta a la marquesa de Villahermosa que pagó 15.000 maravedís por cada uno de los 170 vecinos que tenía entonces la villa.
Los documentos que exponemos este mes tratan de deudas y embargos ocurridos en Alovera en la segunda mitad del siglo XVIII, y nos cuentan al fin y al cabo historias de personas que sufren. La mayoría de los documentos expuestos en esta vitrina son expedientes judiciales del Alcalde que se custodian en el Archivo Municipal. Esta serie documental es fruto de las atribuciones judiciales de los alcaldes ordinarios. El origen de estas competencias civiles y criminales se remonta a la Edad Media, y se sitúan dentro de los primeros escalones de la administración de justicia, que heredan posteriormente a mitad del siglo XIX los juzgados municipales.
Entre los documentos expuestos destaca el auto de oficio para el embargo de bienes de Francisco Arias por impago del arrendamiento de las tiendas de abacería y mercería.
Francisco Arias, natural de Galicia, obtiene la vecindad en nuestro municipio en 1793 según consta en un documento conservado en el archivo. Pocos años más tarde resulta adjudicatario de las tiendas de abacería y mercería, dos de los establecimientos públicos que junto con la carnicería, taberna y mesón, arrendaba el Concejo y con los que obtenía ingresos para hacer frente al pago de los impuestos reales (alcabalas, millones, servicio real etc ) así como al pago de la renta que percibía el marqués de Alovera en razón del señorío de la villa. El arrendamiento de estos puestos se realizaba anualmente mediante postura, adjudicándose a la mejor oferta.
Nuestro protagonista Francisco Arias no paga el arrendamiento de dichas tiendas por un importe de 397 reales y medio. Se procede al embargo de sus bienes, mediante este documento.
Se le embargan los siguientes bienes: mesa chica de pino, dos taburetes un arca vieja mediana unos calzones de paño de la Olmeda nuevos y un quarterón de azafrán seco y enjuto metido en un puchero viejo .No olvidemos que los calzones nuevos de paño bueno de la Olmeda y sobre todo el azafrán, aunque estuviera seco y enjuto, eran casi artículos de lujo, en esta época.
Otro documento expuesto de gran interés es el que une nuestro municipio con un importante personaje del siglo XVIII, Presidente del Consejo de Castilla, político, jurisconsulto, historiador, economista y ministro de Hacienda de Carlos III, Don Pedro Rodríguez de Campomanes (primer Conde de Campomanes).
Parece ser que este personaje compró en 1773, en nuestro municipio cebada para sus caballerías y a través de su representante adelantó a Francisco Blanco la cantidad de 625 reales como pago de 25 fanegas de cebada a razón de 25 reales cada fanega. Sin embargo el vendedor no cumplió el trato y cuando Juan de la Riba viene a Alovera a recoger la mercancía para su representado, se encuentra con que ha sido vendida nuevamente a otro comprador y no puede disponer de la cebada. Por ello Pedro Rodríguez de Campomanes reclama ante los alcaldes mayores, la devolución del pago que hizo por adelantado y el embargo de bienes de Francisco Blanco. Nuestro vecino no era muy solvente en estos momentos ya que en el Archivo municipal encontramos otros expedientes judiciales en los años 1764 y 1766 en los que Juan Rodríguez de Chiloeches y el Real Convento de Santa Clara le requieren el pago de unas deudas entre las que destaca el impago del arrendamiento de unas tierras. Estos documentos también podemos contemplarlos en la vitrina, uno de ellos abierto por una página que contiene un precioso sello del escribano que redacta el documento bajo la frase característica en testimonio de verdad.
Todos estos documentos nos muestran dificultades económicas serias pero no hemos de olvidar que nuestro municipio, como otros de su entorno ha pasado por crisis económicas, deudas, enfermedades, riadas, guerras de las que ha salido adelante e incluso ha vivido épocas florecientes y de bienestar enclavada en la vega del Henares (Nares en los documentos antiguos) una zona estratégica y productiva.