Andar entre bodegas, el oculto placer de Horche
En las vegas del Tajuña y Ungría y con las torres de Madrid en el horizonte se ubica Horche, una villa que conjuga patrimonio, naturaleza, gastronomía y cultura. Su plaza de soportales, su Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o su Lavadero desprenden una historia en la que el vino es protagonista, alambicado en el centenar de bodegas que siguen activas, del medio millar que existen.
Horche huele y sabe a vino, un caldo que es orgullo de los horchanos. Se destila para consumo propio y para que el visitante descubra una de las rutas más originales de esta tierra, la de sus Bodegas. La Ruta de las Bodegas puede realizarse los sábados y domingos, y se recomienda la inscripción previa. Su duración es de dos horas al precio de diez euros por persona. Incluye un recorrido guiado por el patrimonio horchano, visita al Museo Etnográfico y a dos bodegas particulares, donde se degusta el vino junto con un generoso aperitivo.
Las rutas de Horche
Horche ofrece cuatro rutas senderistas de un alto valor natural gracias al patrimonio medioambiental que atesora en sus alrededores. La Fuensanta; La Vega del Ungría; la Subida del Picuzo; y la denominada ¿Qué es la Alcarria?; contienen recorridos de entre 3,5 y 15 kilómetros cargados de patrimonio artístico y arquitectónico, en muchos casos únicamente accesible a pie, junto con la belleza de parajes naturales únicos entre frondosas vegas con alto valor medioambiental. Además, las rutas están perfectamente señalizadas, pudiéndose descargar desde la web del Ayuntamiento con completa información de los trazados de cada itinerario y de todos los puntos de interés, junto con recomendaciones para su realización de la manera más segura y placentera.