Angón acoge la celebración de las Bodas de Oro sacerdotales de Máximo Barbero
19/09/2012 - 13:54
Más de 250 personas, entre familiares y amigos, procedentes de Madrid, Gárgoles de Abajo, Jadraque, Rebollosa y Cardeñosa se reunieron el domingo 2 de septiembre en Angón para celebrar las Bodas de Oro sacerdotales de don Máximo Barbero Mínguez.
Esta entrañable celebración comenzó con una misa de acción de gracias presidida por don Máximo y concelebrada por otros cuatro sacerdotes. La fe y la emoción se reflejaba en el rostro de todos los asistentes, que volvieron a recordar los buenos momentos vividos con don Máximo, en los años en los que ejerció como párroco en varias localidades de la provincia. Por eso algunos vecinos de estos municipios quisieron acompañarle en este día tan especial. Tras las felicitaciones, todos juntos, invitados por el anfitrión, degustaron una gran caldereta que terminó con la entrega de los regalos.
Don Máximo recibió con gran entusiasmo cuatro placas conmemorativas. Una del Ayuntamiento de Rebollosa, donde nació su madre; otra de Cardeñosa, pueblo natal de su padre; otra del Consitorio de Angón, donde nació él y todos sus hermanos; y la última de los amigos y vecinos de la calle Ponzano de Madrid, donde vive ahora, y que se desplazaron hasta Angón en autobús; así como otros obsequios,entre ellos,una fotografía de la iglesia y una gran cesta de hortalizas.
Una vez más, el pueblo que le vio nacer, donde fue a la escuela, en el que hizo travesuras, fue monaguillo y sintió la llamada a la vida consagrada fue testigo de un celebración muy importante en su vida. Como suele decir él, sin yo hacer nada y por la gracia de Dios soy lo que soy.
En estos 50 años, don Máximo ha ejercido como sacerdote en varios pueblos de Guadalajara. Estuvo un año en Olmedilla, tres en Arbeteta, cinco en Gárgoles de Abajo y tres en Salmerón. Desde este último marchó al Cerro de los Ángeles y en la actualidad está en el Oratorio Caballero de Gracia,en Gran Vía 17. En este tiempo siempre ha estado acompañado por su hermana Leo, un gran apoyo, y que se ha preocupado y ocupado de que esta celebración fuera perfecta e inolvidable. A ello contribuyeron también todos los vecinos de Angón que pusieron toda su atención, servicio y cariño a disposición de los invitados que vivieron una jornada muy bonita y entrañable en su pueblo. Que Dios le bendiga para que siga transmitiendo alegría y felicidad y dé paz a tantas almas.
Esta entrañable celebración comenzó con una misa de acción de gracias presidida por don Máximo y concelebrada por otros cuatro sacerdotes. La fe y la emoción se reflejaba en el rostro de todos los asistentes, que volvieron a recordar los buenos momentos vividos con don Máximo, en los años en los que ejerció como párroco en varias localidades de la provincia. Por eso algunos vecinos de estos municipios quisieron acompañarle en este día tan especial. Tras las felicitaciones, todos juntos, invitados por el anfitrión, degustaron una gran caldereta que terminó con la entrega de los regalos.
Don Máximo recibió con gran entusiasmo cuatro placas conmemorativas. Una del Ayuntamiento de Rebollosa, donde nació su madre; otra de Cardeñosa, pueblo natal de su padre; otra del Consitorio de Angón, donde nació él y todos sus hermanos; y la última de los amigos y vecinos de la calle Ponzano de Madrid, donde vive ahora, y que se desplazaron hasta Angón en autobús; así como otros obsequios,entre ellos,una fotografía de la iglesia y una gran cesta de hortalizas.
Una vez más, el pueblo que le vio nacer, donde fue a la escuela, en el que hizo travesuras, fue monaguillo y sintió la llamada a la vida consagrada fue testigo de un celebración muy importante en su vida. Como suele decir él, sin yo hacer nada y por la gracia de Dios soy lo que soy.
En estos 50 años, don Máximo ha ejercido como sacerdote en varios pueblos de Guadalajara. Estuvo un año en Olmedilla, tres en Arbeteta, cinco en Gárgoles de Abajo y tres en Salmerón. Desde este último marchó al Cerro de los Ángeles y en la actualidad está en el Oratorio Caballero de Gracia,en Gran Vía 17. En este tiempo siempre ha estado acompañado por su hermana Leo, un gran apoyo, y que se ha preocupado y ocupado de que esta celebración fuera perfecta e inolvidable. A ello contribuyeron también todos los vecinos de Angón que pusieron toda su atención, servicio y cariño a disposición de los invitados que vivieron una jornada muy bonita y entrañable en su pueblo. Que Dios le bendiga para que siga transmitiendo alegría y felicidad y dé paz a tantas almas.