Ante la ola de calor, el Consistorio recuerda algunos consejos para prevenir problemas de salud
09/08/2012 - 14:28
Azuqueca de Henares, al igual que otras localidades y regiones del país, se encuentra en alerta naranja por temperaturas máximas como consecuencia de una ola de calor. En concreto, las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para los próximos días en el municipio azudense establecen que el termómetro puede llegar hasta los 41 grados, que comenzarñan a descender a partir del sábado 11 de agosto. Para evitar que los vecinos se expongan a riesgos innecesarios, desde el Ayuntamiento se incide en la difusión de una serie de medidas básicas de prevención.
La exposición a altas temperaturas constituye una agresión para el organismo y se corre el riesgo de deshidratación o agravamiento de enfermedades crónicas, recuerda la concejala de Protección de la Salud, Elisa Cansado, quien repasa algunos de los síntomas: calambres musculares en distintas partes del cuerpo, agotamiento, aturdimiento, debilidad o insomnio habitual. Ante cualquier duda, es conveniente pedir consejo al médico y, si es necesario, prestar ayuda o solicitarla, añade.
En cuanto a las recomendaciones, son muy sencillas y elementales, pero, al mismo tiempo, fundamentales para no llevarse sustos. En este sentido, la concejala de Protección de la Salud insiste en beber mucho líquido -entre dos y tres litros al día-, llevar la cabeza cubierta con gorras o sombreros y evitar las salidas y las actividades en las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas, incluso en días nublados.
Usar gafas de sol, pasear por zonas frescas de nuestro municipio, mantener las ventanas cerradas cuando la temperatura exterior sea superior a la interior, utilizar ropa fresca, ligera y holgada y productos de protección solar adecuados a la edad, tipo de piel y zona del cuerpo en la que se aplican son otras medidas recomendables, continúa Cansado, quien recuerda que estos protectores deberán aplicarse treinta minutos antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después de cada baño. No se debe olvidar la protección de los niños y ancianos, ya que son especialmente susceptibles a sobre exposiciones al sol en esta época del año; se debe evitar especialmente que los niños menores de tres años estén expuestos al sol. Además, las medicinas deben guardarse en lugares frescos ya que el calor puede alterar su composición y efecto.
La exposición a altas temperaturas constituye una agresión para el organismo y se corre el riesgo de deshidratación o agravamiento de enfermedades crónicas, recuerda la concejala de Protección de la Salud, Elisa Cansado, quien repasa algunos de los síntomas: calambres musculares en distintas partes del cuerpo, agotamiento, aturdimiento, debilidad o insomnio habitual. Ante cualquier duda, es conveniente pedir consejo al médico y, si es necesario, prestar ayuda o solicitarla, añade.
En cuanto a las recomendaciones, son muy sencillas y elementales, pero, al mismo tiempo, fundamentales para no llevarse sustos. En este sentido, la concejala de Protección de la Salud insiste en beber mucho líquido -entre dos y tres litros al día-, llevar la cabeza cubierta con gorras o sombreros y evitar las salidas y las actividades en las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas, incluso en días nublados.
Usar gafas de sol, pasear por zonas frescas de nuestro municipio, mantener las ventanas cerradas cuando la temperatura exterior sea superior a la interior, utilizar ropa fresca, ligera y holgada y productos de protección solar adecuados a la edad, tipo de piel y zona del cuerpo en la que se aplican son otras medidas recomendables, continúa Cansado, quien recuerda que estos protectores deberán aplicarse treinta minutos antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después de cada baño. No se debe olvidar la protección de los niños y ancianos, ya que son especialmente susceptibles a sobre exposiciones al sol en esta época del año; se debe evitar especialmente que los niños menores de tres años estén expuestos al sol. Además, las medicinas deben guardarse en lugares frescos ya que el calor puede alterar su composición y efecto.