Ascienden a 29 los fallecidos por los enfrentamientos en Tailandia
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Al menos 29 personas han muerto y otras 221 han resultado heridas durante el transcurso de los enfrentamientos entre el Ejército tailandés y los manifestantes antigubernamentales denominados camisas rojas en Bangkok desde la noche del jueves, según el último balance divulgado por el Centro de Servicios de Emergencia Médica. El Gobierno se está planteando imponer el toque de queda en las zonas anexas al campamento de los opositores; mientras tanto ahoga las protesta con medidas de gran dureza, como una zona de fuego libre.
Al menos 29 personas han muerto y otras 221 han resultado heridas en el transcurso de los enfrentamientos entre Ejército y manifestantes antigubernamentales o Scamisas rojas en Bangkok desde la noche del jueves, según el último balance divulgado por el Centro de Servicios de Emergencia Médica citado por el diario The Nation.
El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, aseguró ayer domingo que su Gobierno se está planteando imponer el toque de queda en Bangkok después de tres días de enfrentamientos que se han saldado con la vida de 29 personas.
Abhisit aseguró que su ayudante, Suthep Thaugsuban, que está a cargo de la seguridad durante las protestas, está discutiendo con el Ejército y otras agencias de seguridad del estado una serie de medidas para afrontar el rebrote de la violencia en la capital tailandesa, entre las que se encuentra la imposición del toque de queda.
Por su parte, el Ejército de Tailandia indicó que todavía no ve necesidad de imponer un toque de queda en las zonas de la capital tailandesa anexas al campamento de los opositores, en contra de lo que aseguraban fuentes del Gobierno durante la mañana. Tememos que el efecto adverso en el público podría ser mayor que los posibles beneficios, indicó el teniente general Aksara Kerdphon.
El Gobierno tailandés se ha propuesto ahogar la protesta de los camisas rojas con el despliegue del Ejército en torno al campamento que los opositores han levantado en pleno centro de Bangkok y la adopción de medidas de gran dureza como la declaración de una zona fuego libre en la que está permitido el uso de la fuerza letal contra todo aquel que intente atravesarla. Como resultado, ya son 22 los muertos desde la noche del jueves en un nuevo agravamiento del conflicto político.
Ayuda a Naciones Unidas
Por su parte, uno de los líderes de las protestas antigubernamentales ha solicitado la mediación directa de Naciones Unidas si se diera una negociación con el Ejecutivo de Bangkok, como condición única y sine qua non para participar en las conversaciones.
No tenemos otra petición. No queremos más pérdidas, indicó Nattawut Saikua ante miles de partidarios del ex primer ministro, Thaksin Shinawatra, los camisas rojas en su bastión de Bangkok. Queremos que la ONU modere (las conversaciones) porque no nos fiamos de nadie más. No hay grupo en Tailandia que sea lo suficientemente neutral, indicó Saikua.
Una crisis política anunciada
Todo parecía encauzado el pasado lunes cuando los líderes camisas rojas del Frente Unido para la Democracia contra la Dictadura (UDD) aceptaron una oferta del Gobierno que establece la celebración de elecciones el próximo 14 de noviembre. Sin embargo, los opositores se negaban a abandonar sus protestas hasta que no se garantizara que el viceprimer ministro del país, Suthep Thaugsuba, responsable de las fuerzas de seguridad, sería juzgado por la muerte de decenas de personas durante las manifestaciones.
El pasado jueves, como respuesta al ataque que dejó gravemente herido a uno de los líderes militares del UDD, la violencia se ha recrudecido en el país y el Gobierno ha prometido disolver por la fuerza a los manifestantes.
Los últimos incidentes son un episodio más de la crisis política que vive Tailandia. Los manifestantes del UDD, afines al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, derrocado en un golpe de Estado, ocupan desde el pasado 14 de marzo un área de unos tres kilómetros cuadrados en el barrio de Ratchaprasong para exigir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, pues consideran ilegítimo al Gobierno de Abhisit.
El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, aseguró ayer domingo que su Gobierno se está planteando imponer el toque de queda en Bangkok después de tres días de enfrentamientos que se han saldado con la vida de 29 personas.
Abhisit aseguró que su ayudante, Suthep Thaugsuban, que está a cargo de la seguridad durante las protestas, está discutiendo con el Ejército y otras agencias de seguridad del estado una serie de medidas para afrontar el rebrote de la violencia en la capital tailandesa, entre las que se encuentra la imposición del toque de queda.
Por su parte, el Ejército de Tailandia indicó que todavía no ve necesidad de imponer un toque de queda en las zonas de la capital tailandesa anexas al campamento de los opositores, en contra de lo que aseguraban fuentes del Gobierno durante la mañana. Tememos que el efecto adverso en el público podría ser mayor que los posibles beneficios, indicó el teniente general Aksara Kerdphon.
El Gobierno tailandés se ha propuesto ahogar la protesta de los camisas rojas con el despliegue del Ejército en torno al campamento que los opositores han levantado en pleno centro de Bangkok y la adopción de medidas de gran dureza como la declaración de una zona fuego libre en la que está permitido el uso de la fuerza letal contra todo aquel que intente atravesarla. Como resultado, ya son 22 los muertos desde la noche del jueves en un nuevo agravamiento del conflicto político.
Ayuda a Naciones Unidas
Por su parte, uno de los líderes de las protestas antigubernamentales ha solicitado la mediación directa de Naciones Unidas si se diera una negociación con el Ejecutivo de Bangkok, como condición única y sine qua non para participar en las conversaciones.
No tenemos otra petición. No queremos más pérdidas, indicó Nattawut Saikua ante miles de partidarios del ex primer ministro, Thaksin Shinawatra, los camisas rojas en su bastión de Bangkok. Queremos que la ONU modere (las conversaciones) porque no nos fiamos de nadie más. No hay grupo en Tailandia que sea lo suficientemente neutral, indicó Saikua.
Una crisis política anunciada
Todo parecía encauzado el pasado lunes cuando los líderes camisas rojas del Frente Unido para la Democracia contra la Dictadura (UDD) aceptaron una oferta del Gobierno que establece la celebración de elecciones el próximo 14 de noviembre. Sin embargo, los opositores se negaban a abandonar sus protestas hasta que no se garantizara que el viceprimer ministro del país, Suthep Thaugsuba, responsable de las fuerzas de seguridad, sería juzgado por la muerte de decenas de personas durante las manifestaciones.
El pasado jueves, como respuesta al ataque que dejó gravemente herido a uno de los líderes militares del UDD, la violencia se ha recrudecido en el país y el Gobierno ha prometido disolver por la fuerza a los manifestantes.
Los últimos incidentes son un episodio más de la crisis política que vive Tailandia. Los manifestantes del UDD, afines al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, derrocado en un golpe de Estado, ocupan desde el pasado 14 de marzo un área de unos tres kilómetros cuadrados en el barrio de Ratchaprasong para exigir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, pues consideran ilegítimo al Gobierno de Abhisit.