“Asumo el mando de la Comandancia de esta gran provincia, que por segunda vez me acoge como una guadalajareña más”.
La teniente coronel Cristina Moreno juró este lunes el cargo en un acto presidido por el ministro Fernando Grande-Marlaska.
En un acto solemne en el patio de la Comandancia de la Guardia Civil en Guadalajara tomó posesión de esta jefatura la teniente coronel Cristina Moreno, quien juró “fielmente” las obligaciones del cargo “con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”.
La acompañaron en este emotivo acto sus padres, hermanas e hijos, así como compañeros del cuerpo y representantes de los estamentos sociales de Guadalajara. La máxima autoridad política presente fue el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska; así como la subdelegada del Gobierno, Mercedes Gómez; la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández; el presidente provincial, José Luis Vega; y el alcalde de la capital, Alberto Rojo.
Tras dar las gracias a los que la acompañaban en este acto “de trascendencia personal y profesional”, quiso hacer hincapié en el apoyo de sus hijos, cuya “generosidad” ha permitido este nombramiento. “Habéis demostrado ser buenos hijos del cuerpo”, subrayó la teniente coronel. De igual forma repasó los nombres de aquéllos que la propusieron para el cargo y que finalmente dieron el visto bueno al nombramiento. “Hoy tengo el honor y privilegio de empezar esta etapa profesional. Ser jefe de Comandancia es una de las mayores satisfacciones que pueden tener los oficiales”.
Cristina Moreno aseguró que “desde que nació” soñó con el tricornio, elemento que también ha portado su padre. Precisamente él le decía, “con tristeza” que las niñas no podían ser guardias civiles. Eran los años 80, pero cuando Cristina Moreno cumplió 14, la situación cambió. “A la prueba de la selectividad le siguió un año de preparación en la academia de San Fernando en Madrid”. En 1993, con 19 años, Moreno ingresó con el número 30 en la academia militar de Zaragoza, donde vivió “cinco años agridulces” al estar rompiendo el techo de cristal.
Los años de la academia militar vivió “rechazo e incomprensión” por su condición de mujer, con exigencias físicas “exactamente igual que mis compañeros varones”. Precisamente eso le penalizó en sus excelentes notas académicas.
Fue su familia, entre ellas sus dos hermanas, también en la Benemérita, quienes la animaron a continuar. “Desde entonces han pasado 28 años, de ellos 23 en activo, en los que he servido a tuda España con honor, orgullo y felicidad”.
Su primer destino fue en Seguridad Ciudadana en la Comandancia de A Coruña. Los ascensos llegaron y cuando se convirtió en capitán se retiró “de una vida que la apasionaba” pero que era incompatible con la maternidad.
En 2012 fue destinada por primera vez en Guadalajara como comandante jefe de Personal y Apoyo y su último destino como teniente coronel fue en la Secretaría de Estado de Seguridad. “Asumo el mando de la Comandancia de esta gran provincia, que por segunda vez me acoge como una guadalajareña más”.
La teniente coronel incidió en que la Guardia Civil es la única institución “vertebradora” del Estado, “de esta España vaciada, lo que me produce especial tristeza”. Porque, añadió, se trata de la “España del campo, agraria, ganadera, que en el peor momento nos estuvo surtiendo de lo más básico (…). Por desgracia, en esta España rural tan nuestra puede faltar un médico, un párroco, un maestro… pero no hay ministro al que se le ocurra cerrar un cuartel”.
A todos sus guardias civiles, les pidió que “no olvidéis que somos servidores público. Nos debemos al cliente más exigente, los ciudadanos de Guadalajara, los mismos que cada año nos colocan como una de las instituciones más valoradas y queridas de España”.
También se puso “a disposición” de los guadalajareños, autoridades y sociedad guadalajareña, compañeros militares y Diócesis. “Y especialmente a disposición de los compañeros de la Policía Nacional, y local de los pueblos de la provincia. Que los valores de colaboración, lealtad y amistad sigan siendo los que guíen nuestra relación”.
Entre sus próximos retos estará el futuro cuartel de Cabanillas del Campo, que recupera el puesto 100 años después. También afrontará un incremento de efectivos destinados a luchar contra el fraude telemático y la modernización del equipo Pegaso de manejo de drones para prevención de incendios, protección del medio ambiente, búsqueda de desaparecidos, etc.