Atempora Sigüenza 2022: El legado del Señorío episcopal medieval de Sigüenza
El recorrido que durante las últimas semanas ha realizado Nueva Alcarria por la exposición Atempora termina con este sexto bloque temático, en el que se puede ver una muestra de la vida civil, religiosa y económica; y se acompaña de una valoración del comisario, Víctor Manuel López-Menchero, sobre cómo ha sido para él llevar a cabo esta exposición.
Esta semana llegamos al sexto y último bloque temático (F) de la exposición Atempora. Sigüenza 2022. Entre el poder y la gloria’, que lleva por título ‘El legado del señorío episcopal medieval de Sigüenza’.
Esta parte está dividida en tres apartados. Uno para piezas de carácter religioso; hay otra parte civil, dedicada al urbanismo de la ciudad de Sigüenza; y hay otra parte sobre el aspecto económico dedicada a la sal, como motor económico de la comarca durante siglos. “Cada uno tiene una selección de piezas, cuyo objetivo es dar una visión amplia de estos aspectos, dentro del espacio que tenemos”, explica el comisario de la exposición Víctor Manuel López-Menchero.
En este bloque final se analiza la evolución de la sociedad del Antiguo Régimen hasta finales del siglo XVIII, cuando se produce la disolución del señorío episcopal de Sigüenza (1796) y la llegada de un tiempo nuevo marcado por el fin de la sociedad estamental. En él, se exponen piezas de los siglos XVII y XVIII de carácter civil y religioso.
El inicio de este bloque está marcado por el retablo barroco del siglo XVII de Juan de Lobera y Pedro de Miranda, que preside el trascoro, y que fue levantado para albergar la talla medieval de la Virgen de la Mayor, patrona de la ciudad.
A este apartado pertenecen también los dos arcángeles ubicados a la entrada de la exposición, que originalmente coronaban este retablo.
El resto del bloque, situado sobre la nave de la epístola, se divide en tres apartados con el fin de profundizar en la vida civil, religiosa y económica de la época.
En el primer espacio, de temática religiosa, hay dos retablos de los siglos XVII y XVIII. Uno de ellos está dedicado a San Pascual Bailón. También se exponen dos cuadros de gran tamaño de San Francisco y San Agustín, pertenecientes a la propia catedral y que han sido restaurados recientemente. La pieza “más sorprendente” de este bloque está en el centro de la sala: un catafalco mortuorio procedente de la iglesia Museo de la Santísima Trinidad de Atienza.
El segundo espacio se centra en el urbanismo de la ciudad. Se exponen planos de la ciudad y la comarca de los siglos XVIII y XIX, procedentes del Archivo Histórico Nacional. También hay elementos sobre el acueducto del siglo XVII, que durante más de 200 años fue uno de los grandes iconos visuales de la ciudad.
El tercer y último espacio de este último bloque temático está dedicado a la importancia de la sal en el poblamiento y devenir de esta zona. Esta fue clave para explicar la propia riqueza e importancia que alcanzó el Obispado de Sigüenza, y que tuvo su máximo esplendor con las grandes reformas realizadas en las salinas de Imón y La Olmeda en el siglo XVIII durante el reinado de los Borbones.
En este último espacio se hace referencia también a la importancia que tuvo el agua en la ciudad seguntina. Esta tuvo un acueducto propio a finales del siglo XV, que se modificó dos siglos después, y cuyos dibujos se pueden ver en la exposición, además de dos tuberías de cerámica que se utilizaban para canalizar el agua por la ciudad. El recorrido por Atempora termina frente a una noria, perteneciente a las salinas de Imón. Esta se complementa con las imágenes de su funcionamiento en el siglo XX, así como varios planos. Este oro blanco es el motor económico responsable de que la catedral y la diócesis pudieran llevar a cabo muchas de sus obras y proyectos. Así termina un recorrido de 2.300 años por la historia de Sigüenza y su comarca recogidos en la exposición Atempora, con la que se quiere demostrar al mundo que la zona tiene un patrimonio que merece ser conservado y reconocido por y para la humanidad con el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Mundial.
La exposición Atempora. Sigüenza 2022: Entre el poder y la gloria, puede verse en la catedral seguntina hasta el 11 de diciembre. Está abierta todos los días, de 10.30 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 horas. El coste de la entrada es ocho euros.
López-Menchero: "Ha sido una aventura"
En esta última entrega, el comisario de la exposición, Víctor Manuel López-Menchero, expresa cómo ha sido la experiencia de dar vida a ‘Atempora. Sigüenza 2022: Entre el poder y la gloria’. “Ha sido una aventura porque el principal reto era que la exposición transmitiera un mensaje, que tuviera pedagogía y didáctica, que no solo fuera interesante desde el punto de vista artístico, sino que las piezas fueran un instrumento al servicio de la didáctica”, confiesa.
López-Menchero explica que en esa aventura por cómo podían contar la historia de Sigüenza y su comarca a través de un conjunto de objetos, que había que buscar y seleccionar “hemos hecho una labor de investigación muy fuerte” y añade que “se ha hecho un esfuerzo importantísimo” por bucear en todas esas piezas que a lo largo del tiempo, o bien ya no se encontraban en Sigüenza o necesitaban contextualizarse, como por ejemplo, el retablo de Santa Catalina y San Juan Baustista. “La clave ha sido trabajar con más de 40 especialistas en distintas temáticas y periodos. Ha sido muy enriquecedor y también he aprendido mucho”.
López-Menchero apunta que también ha sido una aventura de cara a la Candidatura de Sigüenza a Patrimonio Mundial, ya que se ha podido hacer un inventario de objetos y piezas que narran la historia de Sigüenza y su comarca.
“Hemos conseguido en un periodo de tiempo tan amplio hilar un discurso comprensible, que tuviera un sentido global y que abarcara aspectos muy diversos, con piezas arqueológicas, arstísticas, en una diversidad de soportes, tipos de piezas y cronologías... ha sido un reto darle forma a todo eso y que tuviera un sentido, que cuenta algo”. Víctor Manuel López-Menchero concluye que esta es una exposición “que cuenta una historia a través de las piezas que a lo largo del tiempo han llegado hasta nosotros, que son ese ancla que nos conecta con el pasado. Esas piezas cuentan una historia y nos trasladan a distintas épocas, a la historia, y eso no es fácil. Es muy potente unir esas dos cosas, esos objetos materiales con la narración histórica”.