Barcelona salda su deuda con Juan Gris con una exposición
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La galería de arte Manuel Barbié de Barcelona acoge desde ayer la exposición Juan Gris, que reúne 19 obras del artista cubista, entre óleos, dibujos y gouaches, todos ellos fechados entre 1909 y 1926, abarcando la totalidad de la actividad artística de un pintor que durante muchos años fue un secreto a voces para el mundo del arte y para las instituciones públicas españolas.
La exposición está comisionada por Juan Manuel Bonet, antiguo director del Instituto Valenciano de Arte Moderno (Ivam) y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Mncars), que ayer, en la presentación de las obras, recordó que Gris, igual que pasara con Pablo Picasso y Julio González tardó demasiado en ser reconocido por el Estado.
A pesar de que murió en 1927, la primera obra que engrosó las colecciones públicas se compró 50 años después, en 1977, y la primera gran exposición retrospectiva no llegó hasta 1982. Por eso, cualquier exposición de Juan Gris es un acontecimiento, y la que ahora se puede ver en Barcelona es un pequeño muestrario de toda su trayectoria. Entre los primeros cuadros de la muestra destaca el colorista gouache Nature morte, realizado entorno a 1909, una de las primeras naturalezas muertas que Gris realizó durante su estancia en el mítico Bateau-Lavoir de París y en el que todavía se percibe la influencia de Paul Cézanne, el faro de la época.
Siguen dos dibujos excepcionales, fechados entre 1910 y 1911 y que reflejan la influencia que en Gris tuvieron las jornadas de debate junto a Georges Braque y Picasso, con el que mantuvo unas tensas relaciones a lo largo de toda su vida. Una de las obras centrales de la exposición es Portrait de Legua, un estudio preparatorio para el óleo homónimo conservado en el Metropolitan Museum of Modern Art (Moma) de Nueva York y uno de sus primeros retratos conocidos.
Se trata, según Bonet, de un cuadro donde se percibe el trazo humorístico del pintor, uno de los rasgos más desconocidos de Gris, la etapa en la que, por razones alimenticias colaboraba en revistas satíricas, tanto en Madrid como en París. La obra cumbre de la muestra es, a pesar de todo Compotier et verre (1916), un cuadro en el que Gris encuentra su propia música, el idioma común de todos los cubistas y que compite en importancia con el bodegón La table devant le bâtiment (1918).
A pesar de que murió en 1927, la primera obra que engrosó las colecciones públicas se compró 50 años después, en 1977, y la primera gran exposición retrospectiva no llegó hasta 1982. Por eso, cualquier exposición de Juan Gris es un acontecimiento, y la que ahora se puede ver en Barcelona es un pequeño muestrario de toda su trayectoria. Entre los primeros cuadros de la muestra destaca el colorista gouache Nature morte, realizado entorno a 1909, una de las primeras naturalezas muertas que Gris realizó durante su estancia en el mítico Bateau-Lavoir de París y en el que todavía se percibe la influencia de Paul Cézanne, el faro de la época.
Siguen dos dibujos excepcionales, fechados entre 1910 y 1911 y que reflejan la influencia que en Gris tuvieron las jornadas de debate junto a Georges Braque y Picasso, con el que mantuvo unas tensas relaciones a lo largo de toda su vida. Una de las obras centrales de la exposición es Portrait de Legua, un estudio preparatorio para el óleo homónimo conservado en el Metropolitan Museum of Modern Art (Moma) de Nueva York y uno de sus primeros retratos conocidos.
Se trata, según Bonet, de un cuadro donde se percibe el trazo humorístico del pintor, uno de los rasgos más desconocidos de Gris, la etapa en la que, por razones alimenticias colaboraba en revistas satíricas, tanto en Madrid como en París. La obra cumbre de la muestra es, a pesar de todo Compotier et verre (1916), un cuadro en el que Gris encuentra su propia música, el idioma común de todos los cubistas y que compite en importancia con el bodegón La table devant le bâtiment (1918).