‘Bota, morcilla y chupinazo’, el retrato histórico y fotográfico de las Ferias y Fiestas de Guadalajara

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
Eduardo Díaz presentó ayer su libro en el Ayuntamiento de Guadalajara
El segundo hijo literario de Eduardo Díaz ha visto la luz tras un periodo de gestación que se ha extendido, en esta ocasión, durante algo más de nueve meses en el tiempo. La esperada presentación del susodicho al público guadalajareño tuvo lugar en la tarde de ayer en la sala de juntas del Ayuntamiento de Guadalajara, donde asistieron, además de familiares y amigos, autoridades como el alcalde de la ciudad, Antonio Román –prologuista del libro–, el ex alcalde y pregonero oficial de estas Ferias y Fiestas de Guadalajara, José María Bris, la consejera de Justicia y Administraciones Públicas, Magdalena Valerio, y la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara, Isabel Nogueroles, que arroparon convenientemente con afecto y cariño al neonato.
Bota, morcilla y chupinazo, como así se ha bautizado al libro, recopila a través de sus 128 páginas una ingente cantidad de fotografías, recuerdos y anécdotas de las Ferias y Fiestas de Guadalajara a lo largo de su periplo vital y para las que ha sido preciso un arduo trabajo de investigación en el Archivo Histórico provincial, así como en los fondos fotográficos propios de profesionales de la imagen como Pepe Zamora, Fernando Toquero, Mariano Viejo o el diario Nueva Alcarria. Todo ha sido útil y necesario para conformar el único manual de referencia de las Ferias y Fiestas de Guadalajara, un libro con el que el autor pretende compartir con sus convecinos las emociones, experiencias e historia de una fiesta aún viva gracias, entre otras, a la devoción a la Virgen de La Antigua, las peñas, los toros y los encierros por las calles de la ciudad. Cuatro impresdindibles en unas Ferias y Fiestas de Guadalajara que se precien y que han merecido un capítulo homenaje en el libro.
Ésta es sólo una pequeña reseña de la gran aportación que Díaz ha realizado a las Fiestas de su tierra de adopción, la misma que le ve a pie de encierro año tras año con su infalible atuendo en blanco y rojo de la peña La Crisis.