Brihuega llora la muerte de Celestino Viejo

Después de una larga y plena vida en el Jardín de la Alcarria, Celestino Viejo, uno de los empresarios referentes en el sector del azulejo en la provincia de Guadalajara, se marcha a sus 90 años.

Este cifontino de nacimiento comenzó dedicando su vida profesional a un oficio bien antiguo: era tratante. En esta primera etapa se encargó de atender todo tipo de ganado para su posterior explotación, reparto y venta. Sin embargo, su ambición y el talante emprendedor que le caracterizaba le llevaron a consagrarse como uno de los pioneros en el arte de colocar y combinar azulejos y pavimentos tanto a nivel provincial como a nivel nacional, siguiendo con la tradición que había implantada en la comarca. En 1988 fundó en Brihuega la que ha sido y sigue siendo su empresa familiar, bajo la conocida marca ‘Celestino Viejo’ en la que, desde el primer momento, contó con el respaldo y la entrega de sus cuatro hijos: Asunción, Celestino, Vicente y José Luis Viejo. 

En el recuerdo de todos los brihuegos quedará aquella sonata que tarareaba mientras paseaba de acá para allá por las calles de la villa: “Clavelitos, clavelitos, clavelitos de mi corazón”; su particular y alegre silbido; los instantes en los que repartía picotas a quienes se acercaban a él; e incluso su saludo campechano: “¿Qué hay, prenda?”.

Lamentablemente, el pasado martes, 2 de agosto, esta espléndida persona dijo adiós a la vida y a su gran amor, Asunción Paniagua. ¡Celestino, tu familia y amigos no te olvidan!