Buenos Aires, invadida por el humo
01/10/2010 - 09:45
Por: COLPISA
Una densa cortina de humo invadió Buenos Aires y causó hasta el momento ocho muertos en accidentes de tráfico. Debido a la falta de visibilidad en las carreteras, el gobierno declaró este viernes la emergencia vial y ordenó cerrar las principales rutas, autopistas y puertos.
Se suspendieron, además, salidas en autobús desde Buenos Aires hacia el norte del país y sólo se permite el despegue de aviones, no el aterrizaje. La humareda, que llegó incluso a Montevideo -capital del vecino Uruguay- procedente del incendio intencional de campos en islas del Delta del río Paraná, 300 kilómetros al norte de Buenos Aires. Las autoridades registraron ya 570 focos y admiten que no podrán combatirlos si no llueve. Los vamos a apagar si la Naturaleza nos ayuda, reconoció la secretaria de Ambiente, Romina Picolotti.
El fuego habría comenzado por la práctica ancestral de quemar rastrojos. Pero la sequía persistente en esa región y el viento norte provocaron un descontrol de las llamas, que ya han quemado más de 70.000 hectáreas de la provincia de Entre Ríos y el norte de la provincia de Buenos Aires. El humo había comenzado a ser percibido en Buenos Aires hace más de una semana, pero se desconocía el origen del mismo. El primer siniestro grave ocurrió el miércoles de la semana pasada, cuando se produjeron 11 choques a lo largo de 35 kilómetros en una misma carretera, con un saldo de cuatro muertos. Pero entonces el humo apenas se sentía en la capital.
Este miércoles el problema se agravó por el viento y hubo dos nuevos accidentes con otras cuatro víctimas fatales. Los automovilistas que se topan con el humo aseguran que por momentos no alcanzan a distinguir donde termina el capó de su vehículo.
Problemas de salud
El humo entró, además, a las viviendas y aumentaron fuertemente las consultas por problemas respiratorios e irritación en los ojos. Los más sensibles agotan ya las existencias de barbijos que se venden cada vez más caros en las farmacias. El fuego llegó en medio de las negociaciones entre el gobierno y el campo, que mantienen un enfrentamiento por el alza de un impuesto a las exportaciones de oleaginosas. La protesta de productores, que se prolongó por tres semanas, generó el desabastecimiento de alimentos en la capital. Ahora la ciudad está sitiada por el humo, y el gobierno aprovechó para culpar a los productores por la quema. La presidenta Cristina Fernández dijo que el humo, que entró hasta su despacho, no es por un desastre natural sino por la irresponsabilidad e irracionalidad humanas.
El fuego habría comenzado por la práctica ancestral de quemar rastrojos. Pero la sequía persistente en esa región y el viento norte provocaron un descontrol de las llamas, que ya han quemado más de 70.000 hectáreas de la provincia de Entre Ríos y el norte de la provincia de Buenos Aires. El humo había comenzado a ser percibido en Buenos Aires hace más de una semana, pero se desconocía el origen del mismo. El primer siniestro grave ocurrió el miércoles de la semana pasada, cuando se produjeron 11 choques a lo largo de 35 kilómetros en una misma carretera, con un saldo de cuatro muertos. Pero entonces el humo apenas se sentía en la capital.
Este miércoles el problema se agravó por el viento y hubo dos nuevos accidentes con otras cuatro víctimas fatales. Los automovilistas que se topan con el humo aseguran que por momentos no alcanzan a distinguir donde termina el capó de su vehículo.
Problemas de salud
El humo entró, además, a las viviendas y aumentaron fuertemente las consultas por problemas respiratorios e irritación en los ojos. Los más sensibles agotan ya las existencias de barbijos que se venden cada vez más caros en las farmacias. El fuego llegó en medio de las negociaciones entre el gobierno y el campo, que mantienen un enfrentamiento por el alza de un impuesto a las exportaciones de oleaginosas. La protesta de productores, que se prolongó por tres semanas, generó el desabastecimiento de alimentos en la capital. Ahora la ciudad está sitiada por el humo, y el gobierno aprovechó para culpar a los productores por la quema. La presidenta Cristina Fernández dijo que el humo, que entró hasta su despacho, no es por un desastre natural sino por la irresponsabilidad e irracionalidad humanas.