Castella, del infierno a la puerta del cielo
El diestro francés pasó de escuchar los tres avisos en su primero a cortar las dos orejas al sexto. También pasearon trofeos Enrique Ponce y El Fandi con una desclasada corrida de Loreto Charro.
La extraña tarde de la segunda de abono tuvo como protagonista indiscutible a Sebastián Castella, que vió cómo le enviaron su primer toro a corrales. Los tres recados presidenciales sonaron como cuenta atrás en el desacierto del verduguillo y el francés no fue capaz de hallar la cerviz del astado. Tras el naufragio del mencionado desenlace, el desaliento condujo a Castella a apartarse en el callejón durante la lidia de los siguientes toros. No hace muchos años le ocurrió en estaplaza a Finito de Córdoba y si retrocedemos en el tiempo a Alejandro Talavante, el cual por cierto no ha vuelto a esta plaza. Apoyado en tablas, rumiaba Castella su enfado en silencio viendo cómo Ponce y Fandi paseaban trofeos. Cuando se hizo presente el toro que cerraba plaza, los tendidos guardaban en la memoria el desafortunado suceso. No se hizo esperar Castella para mecer las muñecas en el saludo capotero y el toro dejó claro que metía bien la cara en las telas. A los medios se fue a brindar con el ánimo de conciliar el desencuentro previo y clavadas las zapatillas en la montera, citó de lejos, hasta ligar sin enmendarse, tres muletazos cambiados por la espalda. Se creció el francés para renacer de su purgatorio. El toro era pronto y franco y por la diestra prontó le encontró el ritmo. Encajado y firme lo llevó el torero en varias series diestras. Por la izquierda no halló el mismo equilibrio. Las espaldinas sumaron emotividad y las bernardinas finales quedaron como rúbrica. Esta vez empuñó Castella la espada con toda su fe. Marcó los tiempos y el acero quedó en la yema. La pañolada cuajó por el héroe reconstruido. Una oreja. ¡Y otra!. La Puerta Grande descerrajada por su raza torera.
Deslucida corrida
El triunfo de Castella en el tiempo del descuento maquilló una tarde condicionada por el mal juego de Loreto Charro, muy al límite de todo. De casta y también de presencia en algunos ejemplares. Las evidentes complicaciones trajeron de cabeza al mismo Ponce, que cortó una oreja a su segundo por una labor de más envoltorio que contenido. Facilón anduvo ante ‘Meloso’, un toro de inconclusos finales. Una cadena de molinetes y un abaniqueo fue lo más celebrado. No encontró con su primero la medida, pues no era fácil. Soltaba la cara por arriba y venía metido por dentro. Faltó continuidad y a pesar del bajonazo, se le pidió insistentemente la oreja. El presidente puso freno.
Las faenas de El Fandi fueron largas y poco se recordará de ellas. Volvió Fandila a encandilar con su tercio de banderillas. Un torbellino en su segundo toro, de más pies, con el que le llegaron a pedir un cuarto par. Bajo el favor de las peñas exprimió las acometidas de un animal sin fijeza que buscaba siempre las tablas. Intentó sujetar al toro y de paso la atención del público. Una oreja paseó de escaso eco.
- Plaza de toros de Las Cruces. Segunda de Feria. Tres cuartos de entrada en los tendidos. Preside el festejo Fernando Toquero. Enrique Ponce abandonó el festejo a la muerte del cuarto, ya que toreaba al día siguiente en la feria francesa de Nîmes.
- Toros de Loreto Charro. Corrida desigual de hechuras con algunos ejemplares anovillados y de pobre remate. Resultó complicada y con marcadas querencias en el último tercio, a excepción del jugado en sexto lugar que tuvo mejor condición y transmisión.
- Enrique Ponce (tórtola y oro). Bajonazo (petición). Pinchazo, estocada caída y atravesada y descabello (oreja).
- 'El Fandi’ (grana y oro). Media estocada y descabello (silencio). Pinchazo, estocada trasera y tendida (aviso y oreja).
- Sebastián Castella (azul verdoso y oro). Dos pinchazos, metisaca, pinchazo, menos de media tendida y trasera y cuatro descabellos (tres avisos y devolución al corral con pitos). Estocada (dos orejas).