Cavitación, despídete de la piel de naranja
¿Tienes grasa acumulada de la que no logras deshacerte ni con dieta, ni con ejercicio, ni con otros tratamientos estéticos? ¿Tu piel se asemeja a la de una naranja en esas zonas? Acaba con el problema. Para estos casos extremos existe una solución mucho menos invasiva que la cirugía, y que se está implantando con gran éxito en numerosos centros de medicina estética.
Es una técnica no invasiva, que no precisa intervención quirúrgica, hospitalización o anestesia, que requiere de varias sesiones para obtener los frutos deseados. Se llama cavitación y es todo un descubrimiento para quienes quieren perder volumen de la manera más eficaz y menos agresiva, ya que remodela nuestro cuerpo eficazmente. Lo mejor es que sus resultados son visibles casi desde la primera sesión.
Digamos que la cavitación sería ese punto intermedio entre las dietas de adelgazamiento y la liposucción, es decir, la solució perfecta para quienes no quieren pasar por quirófano.
Cómo funciona
La cavitación actúa sobre los depósitos de grasa localizada, actuando sobre ellos y liberándolos. La grasa se elimina después a través del sistema linfático y la orina.
Un rodillo inteligente genera microburbujas de vacío de forma controlada y éstas producen la llamada cavitación, que no es otra cosa que ondas ultrasónicas moduladas en múltiples frecuencias que chocan contra las células adiposas, destruyen su membrana y liberan la grasa.
El tratamiento consiste en una sesión de cavitación de unos 40 minutos en la zona a tratar (nalgas, piernas y abdomen, por ejemplo), seguida de otras técnicas de drenaje, masaje o presoterapia, algo que facilita la eliminación de las células grasas y evitar que se reabsorba de nuevo.
Se recomienda beber abundante agua antes y después de cada sesión, realizar una dieta hipocalórica y hacer algo de ejercicio suave entre sesiones.
Hasta 2 centímetros por sesión
Además de no ser invasiva, la cavitación permite atacar en zonas concretas, por lo que los resultados siempre serán más precisos. Sus efectos se notan rápidamente y pueden llegar a perderse hasta 2 centímetros por sesión.
La cavitación no es dolorosa y mejora notablemente la circulación, elimina toxinas, aumenta el tono y la elasticidad de los tejidos y ayuda a regular el tránsito intestinal.
Precio
Se recomienda realizar un mínimo de 10 sesiones, espaciadas en 3 días, aunque cada caso es diferente. El precio de cada sesión está en torno a los 120 euros, y es cada vez más frecuente en numerosos centros estéticos que, además, suelen hacer bonos con precios más reducidos.