Continúan los disturbios en Tailandia pese a los 21 fallecidos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
La sangrienta jornada ya ha sido bautizada como el Sábado Negro o Día del Juicio final
Los graves disturbios ocasionados por la intervención del Ejército, que se ha saldado durante el fin de semana con la muerte de 21 personas y con al menos 858 heridos, casi 600 de ellos civiles, según el propio Gobierno, no han echado atrás a los camisas rojas. Los incidentes ya han sido bautizados como el Sábado Negro o Día del Juicio Final.
Uno de los dirigentes del UDD, Natthawut Saikua, afirmó que mantendrán la ocupación del cruce de Ratchaprasong y el puente Phan Fa, bastiones de los camisas rojas ocupados desde el 14 de marzo, hasta que el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, disuelva la Cámara de Representantes y convoque elecciones. “Pedimos a Abhisit que dimita inmediatamente”, afirmó Natthawut ante los camisas rojas en un acto en recuerdo de los fallecidos celebrado ayer ante el Monumento a la Democracia. Natthawut aseguró que “no han muerto en vano”. Otro dirigente del UDD, Veera Musijapong, demandó directamente el exilio de Abhisit.

La ofensiva militar para retomar el puente Phan Fa comenzó a las 13.00 horas del sábado y no se interrumpió hasta las 21.15, cuando los duros enfrentamientos del cercano cruce de Khok Wua provocaron “demasiados heridos y muertos”, informó el diario The Bangkok Post.

Uno de los generales implicados en la represión de los manifestantes, Jattiya Sawasdipol, acusó a los autodenominados “guerreros ronin”, “una fuerza desconocida”, de ayudar a los camisas rojas en su enfrentamiento con los militares.

Los ronin, término utilizado para denominar a los guerreros samurái japoneses que no estaban a las órdenes de ningún señor feudal, dispararon granadas M79 contra los soldados y una incluso llegó a impactar contra la tienda del comandante de la operación, lo que descabezó momentáneamente a la fuerza militar, reconoció. “Esto provocó que los soldados no tuvieran un comandante y por eso perdieron la batalla”, afirmó Jattiya en declaraciones a The Nation. “El comandante del Ejército creyó que sería fácil aplastar a los ‘camisas rojas’, pero no lo es”, apuntó. Según el Hospital Wachira, de los 20 muertos, 14 eran civiles, incluido un fotoperiodista japonés que trabajaba para la agencia de noticias Reuters, y seis eran militares.

Ahora la polémica gira en torno a la responsabilidad de las muertes, ya que los ‘camisas rojas’ acusan a los militares de haber empleado balas de verdad en la carga, mientras que desde el Gobierno sostienen que sólo se usó material antidisturbios y disparos al aire, aunque reconocen que los militares tenían permiso para emplear fuego real para su defensa propia.