Cuatro policías y cinco perros combaten el menudeo de drogas en las calles de Azuqueca

03/06/2024 - 17:46 Paco Campos

La Unidad Canina de la Policia Local de Azuqueca de Henares se creó a finales de 2022. Está conformada por nueve miembros: Fran Villabrille, que trabaja con Nero, un pastor alemán de 43 kilos y 20 meses; Joaquín Somontes, que hace lo propio con Ron, perro de aguas español, de 12 años, que se jubila este 2024; Javier Cantero, que tiene a Sancho, un pastor belga mallinois de 28 kilos y ocho años; y Pipa, de tres años y medio, un cocker de trabajo; y Salvador Serra, propietario de Douglas, pastor belga de dos años y 29 kilos. Todos ellos, junto con sus mascotas, han adquirido los conocimientos reglados necesarios para desarrollar su encomienda. 

Momento en que Nero detecta seis trozos de hachís en un vagón. 

Los datos avalan su labor. En 2023 se han alcanzado 220 actas de aprehensión de estupefacientes, “pese a que no trabajamos todos los días, porque luego tenemos nuestros turnos ordinarios y requerimientos que atender que son prioritarios; si esto fuera durante los 365 días del año se conseguirían duplicar todas las actas que tenemos”, señala Fran, que agradece “la labor de sus compañeros de turno, Nacho C. y Santiago G., que nos dan cobertura, garantizando la seguridad de las intervenciones”. Ellos les apoyan cuando es necesario, “realizando registros, cacheos, incautando las sustancias, identificando a los autores y reduciendo cuando proceda legalmente”, ya que la simple responsabilidad de proteger al perro y, por ende, al propio agente que lo porta, impide la ejecución de otras tareas de seguridad.  

Javi y Fran, con Sancho, en la estación de Cercanías de Azuqueca de Henares. 

Cada perro es diferente en sus comportamientos, de la misma forma que en la raza, pero al final cumplen su objetivo: detectar el menudeo de estupefacientes entre la población azudense.

Aunque llevan funcionando poco más de un año, ya en 2013 se formaron en el Ministerio de Defensa con sus perros, donde hicieron un curso que les sirvió para prestar apoyo en diversos eventos de localidades vecinas.  

Trabajan, en coordinación con la Jefatura de Policía Local, en parques, plazas, estación de Renfe, ferias, y, en general, “en zonas donde creemos que puede haber un menudeo de consumo de estupefacientes”, ilustra. En más del 50 por ciento de las incautaciones están menores de por medio, o jóvenes que rondan los 18 años. “Se realizan  en parques, jardines y plazas, por la tarde y por la noche”. A ello hay que sumar el consumo de personas adultas por la noche.

Salvador Serra, con su perro Douglas, un pastor belga mallinois. 

En el caso de estos “hablamos con ellos, trasladamos la incidencia a los padres o tutores y les explicamos la situación, incluso hemos llegado a acompañar a ese menor a su casa y les contamos lo que ha pasado antes de hacer el acta de aprehensión que remitimos a la Subdelegación del Gobierno; intentamos enfocar el problema para que haya una reparación en el núcleo familiar”, informa. Un acta de aprehensión que habitualmente lleva aparejada una sanción económica que recae sobre los responsables legales del menor. 

Javier, con Pipa, de tres años y medio, un cocker de trabajo

Habitualmente, cuando ven llegar a la Unidad, tiran la droga al suelo o la esconden en papeleras, coches o tapas de alcantarillado. “De ahí la ventaja de tener los perros”, asegura Fran. “Un policía puede ver en ese momento si la han escondido o tirado, pero indudablemente no haríamos ni un 10 por ciento sin su ayuda”, prosigue. “Nuestras mascotas son una herramienta básica a la hora de intentar erradicar el consumo de sustancias”, dice. 

Javier, con su perro Sancho, un mallinois de 28 kilogramos. 

 

Socialización

Los canes, antes de darlos de alta en el servicio, son socializados. Tanto este tipo de tareas, como otras más específicas, las realizan en las casas de sus dueños, ya que conviven a diario con ellos. Todos los días se llevan el trabajo a casa. “Tienes que estar trabajando con él, de una manera u otra, bien en búsqueda, comportamiento o socialización”, explica. Un aspecto prioritario para Salvador: “Para trabajar con la gente la actitud de un perro como Douglas (pastor belga) es la adecuada; cada uno buscamos en nuestra mascota unas características concretas”. 

Perro de aguas de Joaquin Somontes. 

Es el caso del pequeño Brown, con cuyo dueño, Joaquín, está trabajando para que cuando se dé de alta, en sustitución de Ron, tenga las habilidades sociales necesarias para convivir con personas, otros animales y ruidos. Brown procede de un criador especializado en canes de trabajo, con una excelente genética, “emparentado con los famosos perros de la Guardia Civil Dylan y Elvis”, que realizaron grandes labores de rescate K-9. “Le está costando más con animales, con personas y ruidos lo llevamos muy bien”, comenta. “Ahora estamos introduciéndole el asunto del olor”. Cuando lo detecta se le recompensa, al principio, con comida. Más adelante, con juguetes y mordedores. 

Cuestión de razas

Es fundamental que sea una raza de trabajo. “Aunque siempre se ha utilizado el pastor belga mallinois y el pastor alemán por tradición e imagen, porque no es lo mismo sacar un belga que a un perro de aguas, no es la misma reacción”, indica, aunque lo ideal, a juicio de Javier, “es que no sean excesivamente grandes, porque luego, a la hora de meterlos en vehículos, tanto policiales, como aquellos que investigamos, es más complicado”. 

Por ejemplo, Pipa es un cocker de trabajo, que desempeña de forma soberbia su cometido en cuarteos en parques o buscar droga en coches, debido a su reducido tamaño. Pero, por encima de todo, lo más importante es que sean “equilibrados y tranquilos en su trabajo, centrados en la búsqueda de drogas, que es su cometido”, añade Salvador.

En última instancia cada uno tiene su propia especialidad o su momento: “No es lo mismo sacar un pastor belga en unas fiestas, donde hay mucho tránsito de personas y se requiere una presencia visible, que ir con un cocker, ideal para la zona de parques, con una gran agilidad”, opina Fran. Y Salvador aporta: “Los perros están especializados bien en intervención, bien en detección, como es nuestro caso, aunque simple presencia de este tipo de canes es un factor disuasorio”.

Pipa, junto a Sancho, son los más trabajados. “Al final, los perros se hacen buenos por el adiestramiento realizado, cuando más se entrena a un perro, él aprende más, tiene más experiencias y desempeña mejor su labor”, cree Javier, una tarea  tan cercana que, incluso, bromea, “duermen la siesta conmigo en el sofá y se vienen de vacaciones con nosotros; están los 365 días del año siguiendo mi rutina de librar y  trabajar”.

En cuanto a la selección, “cada uno busca lo mejor que puede encontrar”. Por ejemplo, Ron fue encontrado en el Núcleo Zoológico Hogar Amigo, de la Mancomunidad Vega del Henares. “Ya con cinco meses tenía unas características extraordinarias, muy apto para el trabajo”, asegura Joaquín. El caso de Pipa también es asombroso: “A Pipa empecé a entrenarla con tres meses, enseñándola a asociar olores, y a los seis meses estaba haciendo trabajo real”, añade Javier. “Hemos elegido en este caso a Pipa por el olfato que tienen los canes de su raza; el trabajo ha sido muy fácil, porque ella lo que quiere es salir a buscar”, apostilla. 

Detección de olores

Joaquín explica cómo detectan los perros la droga: “Cuando encuentran el olor entran el lo que se conoce como cono de olor. Entonces ellos se van moviendo donde les vaya llegando el olor, hasta que, moviéndose en zigzag, hallan el punto donde está la intensidad máxima”. 

La formación continua, fundamental para prestar un servicio óptimo

Los miembros de la Unidad Cabina de la Policía Local azudense se llevan el trabajo a casa. “Se trata de estar en formación permanente, tanto del perro, como de nosotros como profesionales”, indica Fran.
    Javier Cantero ha hecho el curso de Guía Canino en la Escuela Cinológica de la Defensa (ECIDEF) y se ha formado en el ámbito privado. Perteneció a la Unidad Canina de Alcobendas, donde ha estado impartiendo cursos como instructor y formador.
    Joaquín Somontes se ha formado también en el ECIDEF y ha sacado adelante un curso de capacitación en el manejo de perros de trabajo, en empresas privadas y a través de la Asociación de Guías Caninos de España. De la misma forma que el resto, los cursos de formación y reciclaje son continuos. 
    Fran Villabrille y su perro se han formado en el Aula Abierta de Alcobendas, precisamente con Cantero de profesor, en un curso en el ámbito nacional en el que han adquirido nuevos conocimientos policías locales de toda España. Además tiene sobre sus espaldas infinidad de jornadas y cursos de reciclaje en diversas localidades de la Comunidad de Madrid y Granada, donde ha ampliado sus conocimientos sobre canes y sustancias.
    Salvador Serra ha trabajado con Javier Macho, coordinador técnico e Instructor de Guías y Perros de la Unidad Canina de la Policía Local de Burgos. Ha realizado varios cursos y exhibiciones de  Marcaje Lapa (técnica según la cual se entrena a los perros para marcar las sustancias que localizan estando estático el objeto o persona portadora), varias formaciones en el marco de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) y está en contacto con la unidad canina de Alcobendas
para la actualización constante de sus conocimientos.