Detectan nuevas partículas radiactivas de Ascó en una chatarrería de Reus

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: COLPISA
La fuga de partículas radiactivas de la central nuclear de Ascó (Tarragona) fue grave. El lunes se detectaron partículas radiactivas de cobalto 60 mezcladas con tierra en una chatarrería de Reus, a decenas de kilómetros de Ascó.
Llegaron en un camión de transporte de chatarra procedente de la central. Es otro “error”, dijo este martes el director de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Juan Carlos Lentijo. Aun así, el organismo público de protección radiológica “garantiza” que la afección al medio ambiente y a la población es “irrelevante”.

Lentijo compareció este martes junto a la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, y otros altos cargos, tras reunirse con los catorce alcaldes de la comarca de Ascó para analizar la evolución del incidente.

El camión con la tierra y las partículas adheridas “no debería haber salido de la central”. “Es un error”, admitió Martínez Ten, y obliga a los responsables de Ascó –Endesa y participación minoritaria de Iberdrola- a añadir nuevos controles al amplio despliegue habilitado por parte de la empresa titular a instancias del CSN, y de los análisis independientes practicados por el propio Consejo.

Los exámenes radiológicos practicados hasta ahora a casi 1.000 personas, entre trabajadores, proveedores y visitantes de la planta, no han revelado ninguna contaminación. “Si el personal hasta ahora analizado, que trabaja todos los días en la central, y las personas que la han visitado analizadas también hasta ahora, no tienen ninguna afectación, es racionalmente descartable el riesgo para el resto de la población”, recalcó Martínez Ten.

Entre los que han dado negativo en los análisis están los diez niños controlados hasta ahora del grupo de 44 alumnos de los Maristas de Girona, que visitaron la central a primeros de abril, antes de conocerse el incidente ocurrido cuatro meses antes.

La pésima gestión del episodio y la tardía información al CSN le costó la semana pasada el cargo al director de la central, Rafael Gasca, y al jefe de Seguridad, Francesc González. Y muy previsiblemente le costará una fuerte multa, -hasta un máximo de 30 millones de euros- a la empresa titular por lo que responsables del Consejo no dudan en catalogar como falta grave, a la espera de cerrar el expediente sancionador en curso. El operador de la central deberá presentar en mayo un informe detallado de todo el episodio y un plan general de actuación para subsanar los fallos detectados y sus causas profundas.

En el incidente, de nivel 2 en la escala internacional INES, el tercero de esta categoría en toda la historia nuclear española, hubo “errores operativos y déficit de información al Consejo de Seguridad Nuclear que ponen en evidencia fallos en la cultura de seguridad de la empresa”, apostilló Martínez Ten.

La fuga tuvo lugar a finales de noviembre pero no se conoció hasta el 3 de abril, cuando la central comunicó al CSN el hallazgo de partículas radiactivas en las terrazas y el exterior de varios edificios de la planta, dentro del perímetro de la central. El escape se gestó en el sistema de extracción y filtración del aire del edificio del combustible, contaminado durante las operaciones de limpieza tras la última recarga de combustible de la central.

Martínez Ten comentó que es relativamente normal cierta contaminación en los procesos de recarga de las centrales, pero no lo que siguió después. Los responsables de la central ocultaron el seguimiento del incidente a los inspectores fijos que el CSN tiene en cada planta nuclear. El 3 de abril comunicaron la fuga al Consejo pero con unas mediciones infravaloradas. El Consejo evaluó el incidente de nivel 1, en una escala de 0 a 7. El día 9 el CSN se reunió con los alcaldes de la zona de Ascó sin conocer los nuevos datos que la empresa ya tenía, que duplicaban los valores de la fuga de partículas. El CSN elevó a nivel 2 la gravedad del escape.

Martínez Ten no quiso hablar de mala fe por parte de la empresa, pero sí de una actitud nada “transparente ni eficiente”, y como tal quedará consignado en el expediente sancionador y la multa posterior.

El alcalde de Ascó, Rafael Vidal, lanzó un mensaje de confianza en las instituciones y el CSN. “Nunca ha existido peligro para la población ni el medio ambiente”, dijo. Con todo, se entrevistó este martes con el consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, que admitió “sin matices” la responsabilidad de la empresa. De él obtuvo el compromiso de que “esto va a cambiar”. Sin citarlas, el alcalde lamentó cierto alarmismo de las organizaciones ecologistas. “Las opiniones hacen daño”, apuntó. Greenpeace ha presentado una demanda por el escape de Ascó y quejas ante organizaciones internacionales.