Detenido un clan de traficantes que tenían una casa en Pioz
05/08/2011 - 11:34
Estas detenciones son el resultado de los dispositivos de vigilancia en prevención del tráfico de drogas que se vienen realizando de forma continua en toda la Comunidad de Madrid y que motivó que la Guardia Civil detectase la presencia de un grupo organizado de traficantes durante el pasado mes de diciembre de 2010 en los barrios de Santa Eugenia y Vallecas.
Los delincuentes conformaban en este caso un clan familiar que se dedicaba a la introducción en España de partidas de cocaína de entre 1 y 5 kilogramos, para su distribución a clientes afincados en distintas localidades de la región.
Las sospechas iniciales se vieron confirmadas al percatarse los agentes de las fuertes medidas de seguridad que los encartados adoptaban en su vida cotidiana, a pesar de su relación familiar y de confianza con sus amigos.
Los intercambios de droga se realizaban en hoteles donde se hospedaban los compradores, y a los que acudían los miembros de la banda, una vez que su correo había traspasado con éxito los controles de seguridad del aeropuerto de Madrid-Barajas.
La detección de la llegada de un nuevo cargamento de droga desencadenó la primera fase de esta intervención, que tuvo como escenario la terminal 4 del aeropuerto, donde fue interceptado, el pasado día 26 de junio, un pasajero colombiano, proveniente de Bogotá, que portaba en su equipaje 3 kilos de cocaína.
El detenido iba a entregar el estupefaciente a los miembros de la organización en un hotel de Madrid, motivo que fue suficiente para la detención de tres de los investigados durante el día siguiente.
El registro de sus viviendas, sitas en San Martín de la Vega y Pioz (Guadalajara), dio como resultado que se hallaron 100 gramos de la metaanfetamina conocida como 'cristal', 10 gramos de éxtasis, 1.460 gramos de marihuana y varias máquinas contadoras de billetes y básculas electrónicas de precisión, además de los 3 coches con los que transportaban los estupefacientes.
La orden judicial de ingreso en prisión de los cuatro detenidos motivó el comienzo de una segunda fase de las investigaciones, tendentes ahora a la identificación plena de los miembros del clan y de sus clientes. Los otros tres encartados fueron así detenidos durante el mes de julio.
El grupo principal estaba compuesto por un ciudadano mexicano que, ayudado por su lugarteniente, contactaba con traficantes colombianos para acordar la recepción de cocaína en España.
La droga era recogida y custodiada por dos hermanos, que la almacenaban en sus domicilios para revenderla. Como medida de seguridad, y cuando sospechaban que estaban siendo investigados, entregaban la droga a una de sus sobrinas, que la guardaba en su casa.