Diego Valladar: “Torear en Madrid pesa porque es un escaparate único”
El banderillero y ganadero de Fuentelencina analiza la temporada 2017.
Continuamos el repaso de la temporada de los toreros de plata y esta semana traemos al primer plano de actualidad a Diego Valladar. Aficionado desde pequeño a la tauromaquia por influencia de su tío Julián, sus vertientes en el mundo taurino han sido numerosas, a pesar de su juventud: desde monosabio a recortador. Posteriormente, se profesionalizó como banderillero y en la actualidad compatibiliza su faceta como torero de plata con la de ganadero, al ser copropietario de la finca La Morera, ubicada en el término de Fuentelencina.
Dicen los propios banderilleros que Diego Valladar se ha cuajado como buen profesional y él mismo declara: “Cada vez disfruto más con los palos y con la puntilla he alcanzado una gran regularidad. Creo que la temporada ha sido muy positiva. He toreado 54 tardes y algunas de ellas en plazas como Madrid, Sevilla, Santander, Valencia, Olivenza, y Badajoz”. Entre los jefes de filas con los que ha militado en 2017 se encuentran los matadores Leo Valadez, el castellonense Varea, Luis Miguel Encabo, Gómez del Pilar, Juan de Castilla, Sebastián Ritter, así como los novilleros Daniel Menés y Adrián Henche.
Hasta tres tardes llegó a hacer el paseíllo en la Feria de San Isidro: “El año anterior torée cinco tardes y este año han sido dos corridas de toros y una novillada picada. Podrían haber sido más tardes en Madrid, pero me coincidieron fechas. La responsabilidad en Madrid es enorme porque te ve mucha gente y muchos profesionales. Pesa mucho torear porque es un escaparate único. Llevo más de veinte paseíllos en Madrid”.
La conversación gira hacia las ganaderías más idóneas para banderillear y Diego se expresa en los siguientes términos: “Me siento más cómodo con las ganaderías de mayor toreabilidad y regularidad. Lo de Juan Pedro es cumbre para banderillear y, por el contrario, lo de Garcigrande con todo lo bueno que es para el capote es incomodísimo para banderillear. Entre las ganaderías duras, podría decir que, curiosamente, este año banderilleé sin problemas una de Dolores Aguirre en Madrid y otra de Victorino en Arnedo con la que me desmonteré. Sin embargo, lo pasé muy mal con una corrida de Moreno Silva que toreé en Céret y salió un toro que no había quien le pusiera un palo. Lo pasé tres veces. Recuerdo esa plaza tan pequeña y ese toro tan grande y tan malo, que cortaba como la luz... Pasé un rato malo”. Por el contrario, entre las mejores tardes a rescatar, Diego lo tiene muy claro: “Me quedaría con Illescas, Olivenza y Madrid. El día de Gómez del Pilar en Las Ventas puse un par muy bueno a uno de Dolores con mucha cara”.
Ganadero y empresario
Las facetas de banderillero y ganadero no son fáciles de realimentar en los picos de la temporada. “Tengo que cortar la temporada durante varias semanas en los primeros días de septiembre por la cantidad de pueblos en los que doy toros. Hubo un torero, que ha ido tres tardes a Madrid este año, que me ofreció ir colocado y tuve que renunciar por respeto a mi finca”. La faceta como ganadero también la vive Diego Valladar con gran pasión: “Estás pendiente de que los novillos sirvan, que el concurso de recortes salga medio digno, que no falle la documentación de la cartelería... Es una responsabilidad y cuando fallo me vuelvo loco”. Y concluye Valladar: “Este año habré hecho 25 pueblos. Yo voy al campo y no cargo cualquier animal. Lo descarto si no tiene cara y una cierta referencia. No todos los toros valen para todo. Hay pliegos de condiciones que no ganamos porque somos los más caros. Llevo a cada encierro 6-8 bueyes, 6 caballistas y un chofer. Eso vale mucho dinero”.