Diputación repasa sus dos siglos de historia “al servicio de la provincia”

19/10/2012 - 10:25 Redacción

Con una completa exposición sobre los inicios de lo que se vino a llamar la Diputación Provincial de Guadalajara con Molina a cargo del catedrático de Historia del Derecho Pedro Ortego, dieron comienzo los actos que tratarán de acercar esta institución a la población. Tal y como subrayó ayer la presidenta, Ana Guarinos, “el objetivo es resaltar el valor que la Diputación tuvo, tiene y seguirá teniendo”. Guarinos consideró que sigue siendo “necesaria, imprescindible e insustituible”, y señaló los dos aspectos que se pondrán en valor durante los próximos meses. “En primer lugar queremos mostrar la Diputación que se ve desde la Casa Palacio y el Centro San José; pero también la Diputación que no se ve, que sirve a los pueblos más pequeños”. Según Guarinos, esta segunda concepción es la “esencia” que se quiere mostrar, a través del desarrollo de actuaciones en servicios sociales, empleo e infraestructuras. “Siempre al servicio de la provincia”.
    Durante su intervención, el seguntino Pedro Ortego, profesor de la Universidad de Santiago recordó que hace un cuarto de siglo dirigió sus pasos “investigadores” hacia los inicios de las diputaciones, y “particularmente” a la de Guadalajara.  En concreto, investigó “las principales fuentes documentales en las que se reflejaba la actividad de jefes políticos, intendentes y diputados provinciales durante sus cuatro primeras décadas de existencia”. Este estudio dio como resultado su tesis doctoral. Ayer, en su conferencia Una Constitución, una provincia, una Diputación, recordó que La Pepa dio entidad provincial a Guadalajara, “y a unos hombres, electos en unos casos, designados por el Gobierno en otros, para formar parte de una nueva institución, la Diputación provincial”. Ortego hizo un repaso por las numerosas circunscripciones y divisiones territoriales que poblaban en aquella época nuestro país, según las cuales, entre otras cosas, Molina era señorío real; Guadalajara, era capital del corregimiento y de la intendencia; y Sigüenza continuaba siendo señorío episcopal, capital de una Diócesis con más de 400 pueblos, y además cabeza de la subdelegación de rentas.  Entre otras cosas, Ortego recordó que la Diputación provincial, a raíz de las quejas elevadas por la cesante Junta de Molina de Aragón, y en particular por Joaquín Montesoro, acordó que su denominación sería de Guadalajara con Molina.