Dos sillones para tres aspirantes a la RAE
01/10/2010 - 09:45
Por: MIGUEL LORENCI. COLPISA
La Real Academia Española (RAE) decide mañana quiénes serán los nuevos ocupantes de sus sillones B y m. Para cubrir ambas vacantes hay tres candidatos: Félix de Azúa y José Luis Borau, que tendrán que disputarse el sillón B que perteneció a Fernando Fernán Gómez, y José María Merino, único aspirante para el sillón m, vacante desde la muerte del lingüista Claudio Guillén.
Podría haber incluso sorpresa, si es que alguna candidatura más se ha presentado por correo, circunstancia que se presume improbable. El veredicto de los 40 académicos con derecho a voto se conocerá pasadas las veinte horas del jueves, cuando concluya la sesión ordinaria de los encargados de limpiar, fijar y dar esplendor a nuestro idioma.
Como cada jueves, se reunirán los doctos guardianes de nuestro idioma en la sala de plenos viejo palacete de la calle Felipe IV en una asamblea vespertina que incluye pastas y café a la que pueden asistir y votar los académicos de pleno derecho, a día de hoy 37 varones y sólo tres mujeres: Ana María Matute, Margarita Salas, y Carmen Iglesias.
El primer candidato propuesto para ocupar la vacante de Fernando Fernán Gómez fue el poeta, ensayista y narrador catalán Félix de Azúa. Su candidatura fue presentada por Luis María Anson, Juan Luis Cebrián y Luis Goytisolo.
Azúa fue el único aspirante durante varias semanas hasta que otra tripleta de académicos pensó que el sucesor de Fernán Gómez debería ser alguien más vinculado al mundo del cine en el que a tanta altura brilló el actor, narrador y articulista fallecido en noviembre del pasado año. Antonio Mingote, Antonio Fernández Alba y Emilio Lledó promovieron y presentaron la candidatura del cineasta José Luis Borau.
Para convertirse en titular de la RAE los candidatos tendrán que obtener al menos la mayoría simple, si es que en las primeras votaciones no se imponen con claridad. La mecánica académica permite que se celebre hasta tres votaciones. Sólo en la primera de ellas se tiene en cuenta los votos por correo y se puede resultar elegido al obtener dos tercios del total de los votos presentes y los recibidos por correo. En la segunda basta con dos tercios de los votos presentes, mientras que en la tercera y definitiva basta con la mayoría simple, esto es, la mitad más uno de los votos emitidos por los académicos presentes en la sesión .
También podría ocurrir que el aspirante no obtuviera los respaldos necesarios, penosa circunstancia que se repitió en dos ocasiones ante la candidatura de José Manuel Caballero Bonald.
Como cada jueves, se reunirán los doctos guardianes de nuestro idioma en la sala de plenos viejo palacete de la calle Felipe IV en una asamblea vespertina que incluye pastas y café a la que pueden asistir y votar los académicos de pleno derecho, a día de hoy 37 varones y sólo tres mujeres: Ana María Matute, Margarita Salas, y Carmen Iglesias.
El primer candidato propuesto para ocupar la vacante de Fernando Fernán Gómez fue el poeta, ensayista y narrador catalán Félix de Azúa. Su candidatura fue presentada por Luis María Anson, Juan Luis Cebrián y Luis Goytisolo.
Azúa fue el único aspirante durante varias semanas hasta que otra tripleta de académicos pensó que el sucesor de Fernán Gómez debería ser alguien más vinculado al mundo del cine en el que a tanta altura brilló el actor, narrador y articulista fallecido en noviembre del pasado año. Antonio Mingote, Antonio Fernández Alba y Emilio Lledó promovieron y presentaron la candidatura del cineasta José Luis Borau.
Para convertirse en titular de la RAE los candidatos tendrán que obtener al menos la mayoría simple, si es que en las primeras votaciones no se imponen con claridad. La mecánica académica permite que se celebre hasta tres votaciones. Sólo en la primera de ellas se tiene en cuenta los votos por correo y se puede resultar elegido al obtener dos tercios del total de los votos presentes y los recibidos por correo. En la segunda basta con dos tercios de los votos presentes, mientras que en la tercera y definitiva basta con la mayoría simple, esto es, la mitad más uno de los votos emitidos por los académicos presentes en la sesión .
También podría ocurrir que el aspirante no obtuviera los respaldos necesarios, penosa circunstancia que se repitió en dos ocasiones ante la candidatura de José Manuel Caballero Bonald.