Dulzaina y tamboril entre las llamas de San Vicente

21/01/2011 - 12:10 Redaccion

La ciudad de Sigüenza comenzará mañana las celebraciones de la fiesta Patronal de la localidad en honor a San Vicente Mártir. Además de las celebraciones religiosas y tradicionales, parte sustancial de la misma es el festival de la dulzaina José María Canfrán que acontece cada año en la ermita de San Roque, organizada por la asociación de Dulzaineros de Sigüenza con la colaboración del Ayuntamiento. También participa la Asociación de Empresarios seguntina confeccionando un amplio programa cultural complementario al municipal.
 El certamen será mañana sábado, a partir de las 19.30 horas. Este concurso musical homenajea cada año a un gaitero representativo de la comarca. “En 2011 le toca el turno a Juan Albacete Leal, que ha sido componente de la Banda Municipal de Maranchón muchos años y que ha formado parte de un dúo musical como intérprete de requinto y de  dulzaina”, explica el presidente de la Asociación Cultural Dulzaineros de Sigüenza, José Arranz. La pretensión de los organizadores del certamen es mezclar el respeto por lo antiguo con las nuevas tendencias del mundo de la dulzaina.
 No obstante, ya esta noche se manifestará el fuerte componente pagano que esconde esta fiesta: el encendido de una hoguera para recibir el solsticio de invierno. A las 19.00 horas, el mayordomo y los cuatro hermanos menores de la Cofradía revivirán este momento encendiendo una hoguera en la plazuela  de San Vicente, acompañados por dulzainas y tamboriles. Al final,  los niños saltan el fuego buscando la purificación y se tiznan la cara con pedazos de carbón. Durante la hoguera, la cofradía vende las típicas rosquillas del Santo, que son degustadas por el público al son de los instrumentos típicos: dulzaina y tamboril.
 En  cuanto a los actos religiosos, el día de San Vicente la Cofradía celebra misa solemne y procesión del Santo por las calles, antes de dar paso al XXIV Certamen de Dulzaina y Tamboril. El domingo 23 se celebra San Vicentillo en los soportales de la plaza Mayor, mientras se baila al son de la dulzaina y el tamboril lo que se conoce como el bibitoque, durante el que era costumbre  repartirse vino, naranjas y dulces por los hermanos entrantes en la cofradía. Este año, el bibitoque estará acompañado por de la salida de gigantes y cabezudos, disparo de juegos japoneses y chocolatada para los participantes, jornada que se cerrará con la obra de teatro Mi tía y sus cosas, en el centro cultural. También allí será donde dos proyecciones pongan el broche definitivo a los actos en honor de San Vicente el domingo 30.